viernes


Créditos
Obra: Florilegio de mis versos
en la tarde casi oscura
Tipo  de  obra: Literaria.  Prosa  y  Poesía
Autor:  Gerardo  Omaña  Márquez
Diseño:  Gerardo  Omaña  Márquez
Fotografía  portada: Bajada  de  internet
Fotografía  en  reverso: Alejandro Graniewicz
Derechos  de  Autor


Editada  en: Hipelumen.  Lumen  S.A.  De  C.V.
Insurgentes Sur  No.  2374 Alvaro  Obregon,
Distrito  Federal México

jueves

   LA PALABRA

Ahí están todas las palabras
 fundidas de silencios, añadidas por el viento;
Llevadas y traídas con dulces resonancias
descifrando entre los labios lo hermoso del concepto.
Ahí está en la mudez que transcriben las pupilas,
en los labios temblorosos y el gesto de tus manos.
Ahí está viva; trepidante, risueña, adolorida
Llenándonos de amor con la fragancia
y el beso sutil sobre la herida.


FLORILEGIO DE MIS VERSOS EN LA TARDE CASI OSCURA

  Quisiera escribirte sin la traza en mis expresiones, más bien llenarte de certezas en instantes difusos que traspasen los confines de todo el sentimiento.
Como una existencia sustantiva que despliegue mis versos,  como un escrúpulo de las palabras precisas, múltiples, significativas.   Donde mi voz camine entre el paso del tiempo  y mis años sean el privilegio de poder dejarte versos con aromas de tristuras; pero ahuyentando el desconsuelo.
 Como un cantico doliente, que deje sobre el surco,  el   germen y destino de mi propia conciencia,  donde la esencia de la nostalgia me haga comprender todo aquello del ayer  en esta otredad de mi espacio y de mi tiempo. 


A manera de prologo 
Cuando cantan los poetas  


Hay un envés que a veces cruza las esquinas azotando el sentimiento y con el presagio de verlo todo oscuro.  Pero la voz sigue con palabras que pueden ser senderos donde los imposibles se hacen posibles contra el mundo entero. 
Y habla el corazón vertido en la escritura a pesar de una plenitud de soledad cargada de esperanza, y nos hace sentir vivos, arañando el mundo de los Dioses. 
Y  no es  solo  la  palabra  sino  mi  apego  a  los  hombres  y  las  cosas,  al lenguaje con el  que  siento  y  lloro,  con el  que amo,  hago  y deshago haciendo  versos  desde el amor  hacia  la  libertad.

Y  es  que  todos  somos  poesía;  porque  todos  sentimos  el  amor  y  queremos volar  hacia  infinitos  en  otra  dimensión  para  sentirnos  Dioses.  Porque no  somos  objetos,  porque visualizamos  la  libertad,  porque soñamos  y parimos  ideas  en  la  aventura  de lo  imprevisto  y  la  elevación.
Porque la  poesía  es  inquietante en  la  lucha  pro  humana  sin  renunciar  a la  vida,  y libre como  el  viento  revuela  los  recodos  del  espacio  y  natura, con impulsos,  con deseos,  sin  miedos  a  la  prohibición. 
Porque libre  deambula  sobre si  misma  sin  bosquejos  ni croquis  en  el pensamiento,  que  desata  la  fuerza  creativa  de  lo  original  en  el  amor  con la  magnitud  de  lo  humano  y  lo  divino. 

Porque los  murmullos  se callan al  sentir  las  presencias   y nos  llegan cual  agua  refrescando  la  cara   y se acercan  las  pieles  retumbando  en  silencio   y se calma  la  angustia  al  bordearse  los  sueños.
Perdiendo  la  memoria  nos  deshojamos  desnudando  el  bosque  cruzamos laberintos  sin  saber  de oscuridad,  buscamos  luz  en  la  odisea  celebrando la  hazaña...  del  amar.
 
Cantamos  a  la  vida,  diciendo  no  al  desamor,  a  la  violencia  que  incomoda,   Cantamos  a  la  vida  como  ángeles  errabundos  como  parias  fomentando mundos  con  árboles  vivientes. Porque somos  la  noche desprendida  tornándose en  palabras,  bellísimas palabras  envueltas  de deseos.   palabras  silenciosas  que dejan huella  de  ausencia,  como  un  aliento  que nos  llega,  haciendo  comprender  una  caricia  traída  por  el viento,  palabras que transforman dulces  alegrías  escondidas  en  retoños  de  lo  que fuera un  árbol  mustio.
Palabras  de esperanza,  palabras  que  son  un  sueño  y  sueños  que en palabras  nos  entretienen el  alma. 
Y  Cuando  las  palabras  se  manchan de natura con el  follaje de ramas  y  de  pájaros,  cuando  se llenan  de huellas  y  de rumbos  perdidas  buscando  un  horizonte,  se vuelven  alma...  tornada  en escritura.   Cuando  nos  perdemos  hasta  encontrarnos  el  alma  se llena  del  abismo,   nos  busca  en espirales  y  brotan las  palabras.
Y  se  miran saliendo  de  las manos   Cubiertas  del  amor  más  grande y  bello  nacidas  de un  silencio  en atropello   como  semillas  del  amor  con  que  se ama. 
Y  se vuelven eco  buscando  la  sonrisa  y  te  miran  de  lejos  sin  mirarte   y se llenan de amor  solo  al  desearte para  no  fenecer  en  las  cenizas.
Y  vuelan  buscando  abrir  las  puertas,  se vuelven  árbol,  camino  y  agua,   luz  amanecer  de aurora  y  cerrando  los  ojos  no  ven  pasar  las  horas   al  saber  que tú estás  y  para  siempre.




DESDE LOS OCASOS


Fluir  del  tiempo  donde todo  muere  y nace, 
La  vida  se evapora, se remolina  en  el  querer  volver  y  no  regresa, 
Horas  inalcanzables  sumidas  al  recuerdo 
Que se aviva  en  los  ocasos



Imaginando  el  vuelo 


Sin  alas  y  sin cuerpo  tránsito    a  las  alturas. Y  buscando  lejanías  en  el  silencio mi  alma  fluye  con el  viento. Atrás  quedó  la  tarde  casi  oscura   la  tierra  bañada  de  crepúsculos. Ahora  los  recuerdos  pasaron  al  olvido se  fueron  los  lamentos,  se  fueron  las  angustias Ahora  sin latidos  mis  labios  no  pronuncian  y  solo  un pensamiento  plasmando  poesía   tan solo  me  acompaña.

 Ahora  soy  la  luz que  nadie  reconoce y  sigo inadvertido  jugando  con la  sombra.
Ahora  soy  el  trino  de  pájaros  que  cantan y  fluyo  en  la  alborada  mirando  amaneceres.
Se fueron las  distancias  y  ahora  más  cercano transito  con el  óbito  llevando  con mis  manos caricias  y  agasajos. Ahora  no  hay  ausencias,  ahora  todo  es  mío pernocto  entre  vosotros  con sueños  y  albedríos con sus  cosas  pequeñas,  con sus  cosas  menudas con tu  llanto  o  con  tu  risa  que  deja  espumas  de  rio.
Todo,  todo  a  mi paso  se  llena y  mi  alma  crece  y  se  ensancha  formando  las  acuarelas ya  no  hay  tinieblas  borrosas,  soy  luz  del  infinito,  soy  luz  de las  estrellas.



En noches como aquella   

Quizá  pueda  escribir  con cantos   la  noche  más  hermosa. 
La  noche en  que tus  ojos  brillaron como  estrellas  brindándole  a  mi  vida una  esperanza.
Allí  junto  a ese viento  silbando  melodías tu boca  se entreabría  con  miel  desde  tus  labios.

 Quizá  pueda  cantar  el  tiempo  en que te  quise 
y el  tiempo  en que tus  ojos  a veces  me querían.

Aquí  tus  besos  fueron  míos  mirándome  en tus  ojos  infinitos. 
Aquí  tú  me  querías  y  mi  alma  un  solo  grito
giraba  con el  viento  entrando en un  hechizo. 

Ahora  mi  recuerdo  distante  de tu vida  se  alumbra  al  no  tenerte.
La  noche se hace  larga  de estrellas  palpitando 
y el canto  enmudecido  se  pierde en  un  abismo.

No  pude retenerte,  mi  alma  aún  te aguarda, 
Palpitan las  estrellas  gimiendo  una  esperanza 
que busca  tu horizonte perdido  en  el  ocaso. 


Como olvidarte   

¡Cómo  olvidarte!   si  al  ver  al  mar  mi  corazón se vuelve ola, 
si  en  las  noches  las  estrellas  iluminan  tu figura, 
si  la  luna  me lleva  a  tu ventana. 

Como  olvidarte  si  estás  entre  mi  piel  y  mis  sentidos, 
en el canto  de las  aves,   en el rumor  del  río, 
en las  ansias  benditas  de  mi  boca, 
en  mis  sueños  y  mis  desvaríos.

Como  olvidarte,  si  mi  mente sucumbe ante el desnudo  de  tu alma; 
si  tus  ojos  son nube y  tus  manos  rocío,
si  eres  mi  misterio  de amor idealizado
donde no  existen lágrimas  de  luto  ni  penas,  ni  quiebres  que adornen un  pasado. 

Como  olvidarte  si  siempre  me has  dejado  la  huella  de un  amor resucitado, 
de un  amor  expandido  cual  montaña,  gigante e  inacabado.
De ese  amor  que trasciende al  pensamiento, 
al  visceral  amor  de  mi  existencia  y  más  allá  de  ti  que ya  es  bastante. 

Y  es  que  se escapa  de  mis  manos,  del  dolor,  de  mi  llanto  o  sufrimiento, 
del  mirarte a  los  ojos  un  instante   y el soñarte en  las  noches  sin  descanso.
Ese amor  que  me  late en  llamaradas   que te llama  incansable hasta  el  desmayo, 
que te busca  en  las  flores  y  en el  campo,   en el fuego,  en el  agua
y  en ¡ay!  ¿Qué  pasó?   ...que tanto  te amo.
 
Ese amor  rutinario,  cotidiano,     ese  que tú enredabas  en  mis  manos, 
en la  almohada,  en  la  alfombra,  en la  ventana, 
en las noches  de  amor  que eran  un canto, y en  el  tibio  dulzor  de tus  quejidos.

De ese  cuerpo  ceñido  junto  al  mío del  temblor  de tu vientre entre  mis  manos 
del  quejido  en  el  espasmo  y  del  ¡ay!...  mi  amor  cuanto  te amo. 

Ese amor  en  estrellas  titilando  en azules  finitos  de un  espejo, 
que se cuela  en  rendijas  como  etéreo  y  me  llega  del  agua  en  un  reflejo
Ese amor  como  tú, 
Ese amor  como  yo,
Ese amor  como  siempre. 


Preámbulo de un adiós  

Aquí  estoy con  mi  tristeza  rechazando  el  horror  en  las   miradas,
consciente  de vivir  igual  que  muero, por  hacer  imposibles  que no  temo. 

Sin escuchar  las  necedades,  quiero  juntar  tus  manos  en  mis  manos. 
Aquí  estoy en  el  centro  de todo  un  infinito  dejando  hablar  al  corazón, 
a  la  misma  muerte que viene  de  mi  propia  vida   cuando  pariéndome  a  mí  mismo,
transito mi camino, plantando  los árboles  a  pesar  que  muero
y  preparando  al  corazón para  que  siga hablando. 

Y  te  dejaré  mi  beso,
para  que  así  sepas  mis  silencios, 
para  que conozcas  la  plenitud  de  mi  soledad  cargada  de   esperanza,
para  que  sepas  que amarte  para  mí  lo  es  todo.

Que la  vida  es  hermosa  como  lo  es  la  muerte,
que  debemos  vivirla  a cada instante  para  merecerla. 
Que después  de las  tormentas  el  sol  brillará  en  nuestros balcones. 

Que es imposible  que  te pierda  porque siempre he  de   buscarte,
porque he  de hallarte a  través  del  infinito, caminando  la  orilla de la  aurora.

Te encontraré porque te espero  en  una  espera  larga 
como  largo  es el  tiempo  en  que  te quiero. 
Porque seremos  lámpara  y  espejo,  juntos  los  dos... en un  reflejo.
 
Porque seremos  llanto  cuando  nos  falten  las  palabras, 
tormenta  y  calma  en  nuestro  océano,
como  una  fantasía  sin  miedo  a los abismos.

Porque volaremos  para  escribir  más  versos, 
dando  valor  a  los  sentidos  y  con la  voz  más  fuerte  que el  silencio.

Y  si  no fuera  así  como  mi  corazón te habla;
Entonces  enséñame a decir adiós para  que  las  lágrimas no se cuajen en mi alma,
para  que  el grito  no se escuche  adolorido  y  el  paisaje  retorne  a  mis  pupilas. 

Enséñame  a  decir  adiós  a cada  instante.
A cada  verso  que escribí  con sangre,
a  las  palabras  que en tu nombre...  pronunciaba  mi  alma.
Enséñame  a  botar  la  soledad  que  mi  alma  navega  en  mis  recuerdos, 
con las  noches  de  amor  y los  espejos  de  dos  bajo  la  luna. 

Enséñame  a  no  buscar   una  palabra  redentora  entre tus  labios,
para  decirle adiós  a  la  esperanza. 
Enséñame el  camino  del  olvido  para  olvidar  como  te  quiero
para  olvidar  mis  sueños.


Acallaré  mi alma

Acallaré en  mi  alma  y amando  desde  lejos 
tus  ojos  que  perdidos  divagan  mis  sentidos, 
tu confín  más  allá  de  mis  pupilas 
donde el  horizonte irradia  una  esperanza.

Acallaré en  mi  alma  la  muerta  primavera 
donde  tus  pétalos  posaron en  mis  labios  bruscos 
las  ansias  de un  amor  de enredaderas.

Acallaré el  paisaje  de playas  con espuma 
donde  tu cuerpo  bañado  con la  bruma 
era  silueta  celestial  para  mis  ojos.
Mi  miedo  de sentirte  en fuga, 
de perderte en abismos  cada  instante, 
de las  cosas  que fueron  mi  dulzura 
y tus  besos  que ahora  son distantes.

Acallaré en  mi  alma  tus  pasos  soñolientos 
buscándome en  las  noches  del  quebranto, 
tu ansiedad,  tu temor,  tu desencanto, 
tus  gestos  de  ternura  y  el  brillo  de tus  ojos 
que amo  tanto.

Acallaré el  poema  que tú y el  tiempo   formaron en  mis  sueños,
poema  de  tus  ojos,  ahora  en  la  distancia
envueltos  con  aromas  de  aquella  primavera.

Acallaré el  latido  sinuoso  y  taciturno 
que busca  en  recodos  de  sábanas  tu cuerpo, 
el  que busca  tu  aliento,  tu perfume  y el hola  amor 
de tus  palabras  en  mi  lecho.

Aplacaré la  sed  que  en  mi  pecho  ya  alucina 
deseándote volver  como  otras  veces 
y no como  la  ausencia  de  tu alma  golondrina.

Sosegaré, y en  este callar  paso  la  vida, 
en la  nostalgia de mis versos clamando tú regreso, 
tal  vez  no calle  las  ansias  de  la  muerte 
y  moriré callando...  las  ganas  de un encuentro.



Ondulante como olas 

Ondulante como  olas  apareces  en  mi  sueño
y en  esta  habitación  sombría
desnudos  ondulamos  cabalgando  el  tiempo.

No  hay horas,  no  hay días  para  nuestro  sueño,
Remamos  un  velero  que va  hacia  el horizonte 
buscando  solo  estrellas  y  el  silencio.

Sueño  tu cuerpo  dormido  en  una  playa
y llego  como  bruma  hacia  esa  arena  que  te besa.
El  sol  declina  y  la  noche nos  cubre con  sus  luces
Tu cuerpo  se ilumina,  mi  piel  ya  se estremece
y crecen los  suspiros  rozando  como  peces
tus  muslos  en  mis  manos.

Antes  que  aparecieras  en  mi  sueño
cuando  tu alma  giraba  hacia  otro  rumbo
soñé despierto  tenerte junto  a  mi
y vague por  los  mares, visite cruceros
y  me  llené  de luz  con  los luceros
en busca  de  acomodos  para  ti.

Y  es  que a  este sueño  se  llega  en  un  oleaje
 y en  un  canto  de  amor  hacia  tu vida
en las ganas  de  amar  con gotas  suaves
las  cadencias  de  olas  que tu  anidas


Canto angustioso   

Todo  se fue...  tragado  fue  por  el  olvido, 
como  el  tiempo  perdido  en  lejanías, 
como  luz  intocable y  las  manos  vacías. 

En tardes  como  esta  te esperaba 
para  darnos  los  dos  los  mismos  besos 
susurros  de ansiedad  con tu  sonrisa. 

Ya  no  es  igual  el  canto  que  me  llevo
 te perdiste en  lujurias  detrás  de  los  espejos 
triste  de ti,  tristeza  mía,
tristes  los  dos  como  un  reflejo. 

Me llegas  en  la  brisa  en  tardes  de abandono, 
Siento  que  me eriza  un  nudo  en  la  garganta 
de saber  que no  estás  como  otras  veces.
 
De saber  que  me  voy y  no  tenerte 
de sentirme  tan solo  como  flor  escondida 
en un  desierto.
Sobre  mi  alma  siento  un  frío de nieve
que congela  tu amor  que  muerto dices,
que no  queda  nada,
que se  borraron de ti  las  cicatrices.

Te amé,  no  estás,  y sin embargo,
quizás  te  ame  todavía, 
En esta  soledad  de tu  abandono,  mi  cuerpo  clama  una  esperanza, 
buscando  en  el  fondo  interminable lo  que fuimos.

Hoy  mis  palabras  son un canto 
un  evocar  allí  junto  a  mi  lecho 
donde  tu amor  fue  entrega  entre  mis  brazos.
Ya  la  magia  del  mundo  me  ha  dejado, 
Ya  no  hay lunas  con luz  en  los  jardines, 
Solo  queda  el  cristal  de un  sol  agónico 
con tus  manos  distantes  cada  día.

Hoy  vago  en  el  aire dibujando  tu ausencia
 y diviso  tu nombre en lugares  dispersos, 
y en  papeles  con sangre  donde escribí  tus  versos.
Diviso  tu nombre en  las  selvas  dormidas, 
en las fuentes  de ríos  y  neblinas  brumosas, 
y en  los  cantos  de  pájaros  posando  en las  copas.
Y  diviso  tu nombre  más  allá  de las  noches 
con estrellas  cayendo  en  montañas  lejanas, 
y en  la  plaza  y  el  puente...  y las  playas  cercanas.

No  sé cómo  borrarte  después  de tu  abandono 
no  sé cómo  olvidarme del  fuego  de tu  boca 
del  hambre de  tus  palabras, de  la  sed  que  me  provocas
del grito  ensordecido  en  las  pasiones  que  amándonos calmabas.

Esas  noches  de  amor  que eran un canto
mirando  las  estrellas  desde  la ventana.   

Vengo  de  mirar  los  pasos  dados 
y con ellos  la  gloria  de  mis  sueños. 
No  quiero  ver  morir  a  los  crepúsculos
con la  luna  brillando  en  el  ocaso; 
Pues  todos  sus  colores  me  recuerdan
el gran anhelo…  de  estar  entre  tus  brazos.

Quizá  deba  aprender  cómo  olvidarte, 
Pero  al  mirar  las  rosas  y  la  luna
mi  alma  se desgarra   al  recordarte.


A mi amor inmortal   

Un corazón  sensible,  y un  corazón  ardiente como  el  tuyo, 
Quizás  inquieto  y  oprimido,
quizás  borracho  y  en  lágrimas  sumido, 
sea  el  único  que  pueda  comprender  mi  alma. 

Mi  alma  no es  bella,  ni  romántica, 
ni  superior  por  amarte tanto,   p
ero  mi  alma  necesita  amor,   y
a  que es  la  vehemencia  que  más  enriquece  mi  espíritu. 

Y  no  quisiera  partir  sino  quedarme, 
alejarme  de  ti  no  es  razonable, 
te considero  inseparable y  soy feliz,  muy feliz  con tu  presencia. 

Quiero  estremecer  mi  presente. 
Explotar  como  una  bomba 
Y  gritar  de alegría  por  hacerlo,
quiero  estar  solo  con  mi  soledad  aparente 
y quiero  al  mundo  y  confundirme  con  la  gente. 

También hay en  mi  espíritu   una  alegría  comparable  a  muchas  flores,
veo  el  mundo  a  través  de cristales  de colores, 
y el  mundo  que en  las  tardes  me enloquece, 
en las noches  lo  adoro  y  lo  perdono. 

Y  las  luces,  y los  árboles,   los  ríos,  las  playas  y  los  mares,  todo  es  mío, 
Quisiera  expresar  todo  cuanto  pienso, 
escribir  como  quien  pinta  un  lienzo, cuanto  te amo  y  como  en  ti  pienso.

Ya  pasaron  las  noches  con sus  versos,
con luciérnagas  posando  sobre hierbas,
el  titilar  de la  estrella  sigue siempre 
aun  cuando  tú no  sientas  un  amor  incandescente.

El  seguir  sin  ti  en rumbos  que  me  ahogan
 es  sentirme  impotente,  porque llorar  y  sufrir  como  tanta  gente, 
si  podemos  ser  felices  eternamente?
 He decidido  quedarme  en ti   como  fin  del  camino  andado, 
ya  no  quiero  prolongar  caminatas  del  pasado; 
pues  quiero  encontrarme  atado  a  este centro  crucial  de  mis  deseos.
 Quiero  quedarme en  ti  y  hasta  fuera  de  mí  mismo,
 no  quiero  conocer nada  ni  a nadie,
quiero  librarme  del  mundo  y  regocijarme en ti,  ¡amor profundo! 

¡OH¡  si  tú pudieras  contemplar  desde  mi  alma! 
el  paisaje de  amor  con que te quiero,
todo  son  murmullos,   quejas,  lagrimas,  estremecimientos  al  sentirme  bueno,
todo  es  como  una línea  de horizontes  que limita  tu amor  a  brazos  viejos; 
Pues  te  quiero  encerrar  cual  un  espejo  guarda  la  imagen  qué  al  voltear refleja,
frente a frente los dos,  como  un  bosquejo. 

Sigue  mi  alma  confusa  y  sin embargo  pienso, 
que al  transcurrir  de  los días  hallaré el  camino, 
ya  no  seré peregrino,
y  encontraré en  tus  brazos  el fin  del  camino,
 y relajaré  mi  cuerpo  del  cansancio  andado.   ¡
OH como  sueño  tu  presencia!


 Quisiera 

Quisiera  esta  vez  sin  más  dilemas,
muriendo  a  través  de  tus  abrazos,
llegar  a  un  mundo  nuevo,
donde  tu piel  me  cubra  y  estemos  solos...los dos  en  un  silencio.
En un lugar  donde los  gritos  no  pronuncien,
donde no  existan pasiones quebradas,
que  se  pierdan en vivir  complicando  la  existencia.

 En un  mundo  raro  donde se  suelte nuestra  esencia, 
como  una  bruma  que llene todo  de ternura,
como  tu  piel  y  mi  piel,   como  tus  ansias  y  mis  ansias,
como  tus  ojos  y  mis  ojos  formando  un  arco iris 
en una  tarde de  los  dos...  mirando  el  horizonte.

Y  de no  ser  así...  cuanta  tristeza...  Si,  de no  ser,
 entonces  recogeré lo  que en ti  he  dejado,
lo  que allí  ha  quedado  de  mí  en  tu  aposento, 
Buscaré  mis  sueños,  mi  risa  y  sentimientos,
borraré  las  palabras  llenas  de polvo  y  soñolientas   q
ue aburrieron tu  alma  en  desencuentros.

Recogeré las  trizas  que circundan en el viento
 para  que allí  no  quede  ni una  sombra
y hasta  los  ecos  que  retumban  las  paredes; pues  son  latidos  de  mi  alma.

Mañana  estaré en  el  río  mirándome  en espejos  de  las  aguas, 
Viendo  lo  que falta  para  unir  pedazos,
 impregnarme  de rocíos,  de viento, de intemperie,  de  sonidos. 
Vagaré por  el  bosque  para  escuchar  los  trinos.
Durmiendo  en  hojarascas hasta  que un  día  emerja  del  abismo
y vuelva  a  ser  un  hombre nuevo.


Como  una  oración  

No  puedo  retenerte. 
mis  manos  son etéreas  y  escapas  en  neblina, 
todo,  todo  ante  mis  ojos  muere,
y tú  sigues  aquí  en  mis  pupilas. 

Aquí  estoy como  sombra  inmortal 
contemplando  tu amor  diseminado, 
mirando  tu  aletear  que es tan cercano  y  tan lejos  de  mi
y de  mis  manos. 
No  puedo  retenerte y  oscura  es  mi  existencia
 mientras  vivo  y  muero en este estar  de tanto  quiero. 

Allí  estas,  moviéndote en  la  brisa, 
estremeciendo  mi  piel  florida  de  deseos. 
Allí  estas  dejando  los  murmullos  cual  ruido  de cascadas
 mientras  mi  alma  se  pierde en  los  espejos. 

Y  es  que he  de  amarte al  infinito 
porque infinito  es  el  cielo  en  que  me  llevas, 
en los cantos  de  amor  que  trae  la  brisa
y  este  amor  encendido  entre  mis venas. 

No  puedo  retenerte.   mis  manos  son etéreas  y  escapas  en  neblina, 
todo,  todo  ante  mis  ojos  muere,  y tú  sigues  aquí  en  mis  pupilas. 

Como  quisiera  ser  flor  entre tus  manos, 
ser  fragancia  que  inunde  tus  sentidos 
tu ser,  tu  alma,  tus  quejidos, 
tus  ansias  de  querer  en un  oasis
aplacando  este  amor  desprevenido. 
Aquí  estoy en  la  ventana  de  mi  abierta  herida,
 colgado  de la  luna  mirando  tus  destellos, 
y pasas,  y  al  pasar  me dejas
crepúsculos  de aurora  entre  mis  dedos. 

Y  pasas,  y al  pasar  escucho  tu canción. 
Tu canción  de estrellas  con luz  del  desamor. 
No  puedo  retenerte. 
Mis  manos  son etéreas  y  escapas  en  neblina,
 todo,  todo  ante  mis  ojos  muere,
y tú  sigues  aquí  en  mis  pupilas.


 Desde mi propia niebla   

Ayer  no  más  pensaba, 
que diferentes  somos  en  la  niebla 
cuando  giran frente a los  ojos  los  paisajes
 cubiertos  en  la  bruma  de  tantas  emociones.

De cómo  ellas  encienden el  fuego 
que en  el  placer  y  el  goce nos  alumbra, 
del  sentir  en  la  penumbra,
un  éxtasis  dorado   que nos  quema. 

De cómo  se  atribula  en la  congoja 
en  la  pasión que nos  consume. 
Aquello  que crece  o  disminuye,
tal  vez  como  una  ola, formando  nuestro  anhelo. 
En cada  alma  hay un pañuelo  de secretos, 
de tristezas,  de versos,  de  sonetos, 
de querer  volar  como  cometas 
para  mirar  el  mundo  que nos  mira 
en una  forma  ególatra  que  inquieta.

Somos  nosotros  mismos  queriendo  ser  ajenos, 
soñando  nuestro  sueño  desde el  nido, 
buscamos  en  lo  eterno  lo  divino 
bailando  en  el  compás  de los  espejos.


Nosotros 


Te vas,  me voy...   y acaso  te  amo  todavía, 
te llevo  en  horizontes  que besan a  la  noche...
 mirando  las  estrellas. 
Te llevo  en  la  mirada  que tus  ojos  ya  me  dieron, 
en el calor  y el frío,   en la  furia,  en  la  calma
 y en  el  brabante sol  de este  amor  mío.

Te llevo  como  el  río  en espumas, 
como  rocío  humedeciendo  el  alma  en  una  bruma.
Te llevo  sin  adioses  porque el  grito  va  conmigo,
 el  grito  de  tu alma  que no olvido. 

Voy oscilando  el  tiempo  en tus  miradas 
que  me hacen  temblar  el  alma  por  lo  lúbricas, 
y resbala  escurridiza  entre  mis  poros 
llenándome  de amor  en las palabras.

Mis  labios  en  vocablos  solitarios 
buscan  llegar  a  ti  como  un  suspiro, 
como  algo  desolado  y triste  anacoreta 
que en  una  exhalación desde una  sima, 
quise  ofrecerte versos  de  poeta,

Deambulo  las  calles  que caminas 
siguiendo  tus  pasos  a  un  destino 
y sin  perder  el  rumbo  que  orienta  el  derrotero, 
siempre  los  dos,  hayamos  el  camino.
Por  eso  tu  mirada  es  como  estrella 
que guía  el  sendero  que  mi  alma  busca 
camino  de  la  gloria  que no ofusca. 
Por  eso  te  miro  y  te contemplo 
llenándote  de  amor  con  mis  miradas, 
por  eso  beso  la  sequedad  de tus  labios
en humectante  amor  desde  los  míos. 
Por  eso  voy,  por  eso  vengo 
hasta  fundirme en  tu  pasado   en tu hoy,  en tu  mañana, 
en tu aquí,  en tu  allá  y  las  benditas  formas 
que el  tiempo  me  regala. 

Y  te  miro  y  me  llevo  tu  mirada, 
me llevo  tu sonrisa  en las  manos  cerradas 
y escondo  tu  mirada  y escondo  tu sonrisa... 
Sin que tú  sepas  nada. 

Y mi piel  llama  tu  piel  con el  recuerdo   de noches  bellas  que pasaron, 
Tú en  mí,  yo  en  ti,  hirviendo  en  una  llama.
con las  ansias  benditas  de unas  bocas   diciendo  como  se ama.
Por  eso  voy,
por  eso  vienes, 
Y  a cada  instante el corazón nos  llama.


 Despedida de amor y dolor   

Quiero  escribir  esta  vez con voz  serena, 
tranquilo,  ligero,  siguiendo  el  compás  del  viento, 
que no  se noten  mis  huellas  en  la  arena. 

Ya  no  sienten  tus  venas  el  impulso  de sangre a  borbotones,
 ya  no  oyes  los  cantos  de sirenas, 
ya  se  marchan las  aves  y  tras  vuelos, 
se despiden  de  amor  las  almas  buenas.

Hoy  los  cantos  gimieron en el  pecho, 
ya  corrieron los  años  y  los  velos, 
y una almohada  muy  grande y  espumosa, 
acaricia  en  las  noches  mi  desvelo.

Ya  la  mente se  aclara  cual  los  ríos,   dejando  atrás  las  aguas  turbias  de la  arena, 
ya  diviso  sus  rocas  tan profundas,   aplastando  el  amor  y  toda  pena. 
Ya  comienza  el  silencio  a  tomar  nombre,   ya  no fluyen palabras  en  el  aire,
 cuando  cerca,  mirándonos  los  ojos,   contenemos  la  brisa  del  desaire. 

Ya  pasaron  las  noches  con sus  versos, 
con luciérnagas  posando  sobre hierbas, 
y el titilar  de la  estrella  sigue  siempre 
Aun  cuando  tú no  sientas  un  amor  incandescente.

Ya  las  flores  de  tu herida  dejan la  sangre  en el  monte, 
y hoy cansada  y  aburrida,  con  los  labios  de amor  en  el  recuerdo 
precipitas  la  lluvia  para  ocultar  entonces.

Cómo  será  el  lenguaje de  los  amores  mudos, 
Como  serán las  almas  con vestido, 
yo  sé amar  parafraseando,  con el  latir  del  corazón  desnudo. 

Ayer  sopló  la  brisa  un canto  nuevo, 
un  aletear  de  aves  que se alejan, 
un  sentir  de  los  dos  pero  con  miedo  de congelar  el frío  que nos  llega. 

¡OH!  Si  tú pudieras  contemplar  desde  mi  alma 
el  paisaje de  amor  con que te quiero.

Ya  no  siento  el camino  de  la  gloria,   ya  no  estamos  los  dos  tan frente  a  frente 
pues  nos  rige la  pauta  tu  memoria.
Ya  el  bosquejo  se esfuma  tras  el  soplo, 
ya  las  noches  de  amor  desarticulan, 
todo  viento  recoge  lo  que acoplo 
y no hay esperanza  que nos  una . 

Ya  el  mundo  de colores  que  antes  te decía, 
no  es  igual  que  mi  alegría,
 y el  mundo  que en  las  tardes  me enloquece,   e
n las noches  de  insomnio  y de  tristeza 
dejan caer  la  lágrima,  hermana  de la  melancolía.

¡Ho!  intelectual  belleza  de  amor  con que  me  quieres,
 es  difícil  encontrar  por  tantos  lares,
la  bondad  de servir  como  tú eres. 
Te despliegas  sutil  y penetrante,
 te enalteces  de fe  por  mis  querellas 
pero  triste  quizá  lagrimas  botes 
porque tu  amor  no  da  luz  como  la  estrella . 

Vivimos  juntos  un  reducto  triste 
un  espacio  de  plantas  y  de flores,
una  jaula  de oro  con alpiste
y un  camino  de  luchas  por  amores. 

Somos  savia  que inunda  paso  a  paso
el camino  de espinas  de  la  vida, 
somos  la  brisa  de  llanto  y  espinazo
para  regar  el  mundo  que nos  mira. 

Quiero  enredar  mis  manos  en  tus  manos, 
quiero  enlodarte del  sucio  amor  desnudo  y loco,
 quizá  amemos  los  dos  las  mismas  cosas y estemos cerca quizá
tan solo un poco.

El  viento  ya  gime  por  las  costas, 
ya  viene cargado  de  montañas 
y este  amor  grande y  sereno
se une  a  él   para  encontrar  tus  brazos.


Crepúsculo desvanecido   

Ya  se  acerca  el  momento  de  la  luz  sombría, 
del  aleteo  de pájaros  buscando  hacia  los  nidos, 
del  crepúsculo  desvanecido . 
Y  yo  transito  esta  tierra  bajo  el cielo, 
cantando  mis  poemas  desgarrados, 
que el  viento  lleva  y  trae   con ecos  tristes  casi  mudos.

Soy como  el  ave  pasajera   cristalizando  melodías, 
y con las  alas  rotas  todavía,   deja  en  tus  manos  los  arrullos.

Soy un  camino  olvidado,  y en  él,  bajo  mi  árbol 
diviso  las  estrellas,   mientras  mi  alma  en  este atardecer, 
se viste de nostalgias.
Hundido  en  el  fondo  inaccesible  de un  muro  en lejanías, 
mis  manos  arañan el  vacío, se desgarra  mi  alma,  sufro,  río,
y en  este atardecer  de un  nomeolvides, recorro  en  mi  silencio  primaveras.
Y  es  que este dolido  corazón,   escuchando  la  música  del  viento, 
revive las  heridas,  estrangula  mis  huesos
y se hunde y  me hundo  en  un silencio. 
Y  es  que esta  falta  de  ruidos  des  espuma, 
la  arena  tibia  donde  planto  espumas, 
donde  mis  ojos  se cierran para  imaginarte, 
donde el  espacio  y  tiempo  se  burlan de  mi  sueño,   sueño  en  brumas. 

Tiempo  pasajero  que  en  el  aire vuela, 
que se lleva  mi  alma  como  un  río,   mi  fe,  mis  desvaríos, 
y estas  ganas  de amar  que en el  rocío,   humedecen  mi  alma  tras  la  queja.


Mi propio  desierto   

Aquí  estoy arrancado  de  mi  mundo 
y sumido  en  el  hábito  de espera  con la  piel  manchada  en  la  que vivo. 
Tendría  que  desollarme  y tanto  duele arrancar  mi  paréntesis  de amor 
que en  mi  eterno  siempre quema.
 Quema mi piel  y  en esa  hoguera,  tránsito  hacia  la  nada
donde  el  frío cubre los  bordes  de  la  espera. 
Contemplo  mi  paisaje,  mi  mismidad,  que  es  un  desierto  infinito  en  el  que vivo,
en el  que escribo  mis  letras  de amor  desvanecidas,
 esperando  en una  tarde  su regreso. 

Ese es  mi  horizonte  plagado  de  sonrisas,
de  manos  enlazadas,  de cantos  y caricias.
Y  no  este lodo  que  sepulta  y  no  me  deja  caminar
 hacia  el  fino borde del  horizonte  que  mis  ojos  anhelan. 

Es  la  esclavitud  de  mi  esperanza,  donde siempre escucho  el  eco  de lo posible,
 donde  puedo  soportar  la  lucha  contra  una  verdad  insinuante  en el camino  de  la  nada. 

Aquí  estoy con  mi  fiebre  de  pasión enardecida 
que  me hace  gritar  la  vergüenza  de no  querer  olvidarla, 
ignorando  sus  males  en  mi  herida,  solo  en  soledad  que  muero, 
sufriendo  porque  le  amo  y amando  su impiedad  la  espero.


Antes que te vayas   

Llegaré a ese lugar  antes  que  te vayas 
Y  recogeré el  latido  de tu corazón  a  través  de tu  mirada. 
Recogeré en  tu piel  aún  salobre las  ansias  bañadas  por  estrellas, 
Llenándome  de luz  hasta  que  pueda.

Antes  que  te vayas  escribiré en tu  piel  las  ansias  de  mis  dedos 
De  mis  noches  sin ti,  de los  silencios  y  mis  miedos;
 de las  cosas  que dije  entre dormido
con  la  ausencia  cargada  de esperanzas. 

Te dejaré  marcadas  las  caricias  soñadas  entre lunas
 cuando  mis  labios  besaban las  almohadas, 
te dejaré  marcadas  las  pasiones  y  ternuras 
mientras  soñaba  tu cuerpo  siempre  a  oscuras. 

No  dejaré  que te vayas  sin  mis  besos, 
que se humedezcan también  tus  pensamientos
con el  abrazo  reprimido  que llevo  en  tanto  tiempo.

Antes  que  te vayas  robaré con  mis  manos  tus  caderas 
Y me llenare de aromas  con el  roce  sutil  del  vientre tuyo 
Me quedaré con  tu sonrisa  y  tus  espasmos  que en la  brisa 
cantarán como  un  arrullo.
Ya  no  habrá  más  esperas  porque todo,  todo  será  mío. 
Tus  ansias,  tus  quejidos,  tus  labios,  tus  latidos, 
Tu pensar  jugando  entre  mis  sienes, 
Tu voz  confundida  con  mi  aliento, 
Tus  manos  enredadas  con  mis  manos 
Y  tu  alma  no  será  tu  alma,  Será  mi  pensamiento.


 Algo de  estrés y de cansancio  

 Es  tarde y  tengo  sueño,  en  mi  alma  hay un abismo. 
Estoy  rodeado  de sombras  que parecen  rostros. 
En la  ventana  se  oyen ruidos,  como  crujidos  de papel, 
No  sé...  quizá  sea  el  viento.

La  vida  que  siempre  está  expuesta  a luz  y  sombra 
También  se expone  a  la  congoja  y a la  muerte. 
Y  el  orbe...  el  orbe está  indecente,  la  capital  enloquecida.

 No  sabemos  si  la  culpa  es  de la  luz  o  de la  sombra,
 Es  como  si  alcanzáramos  un  tiempo  indebido. 
La  poesía  se  aleja...  se desorbitan  los  ojos  tornándose las  manos temblorosas. 

Mañana  los  caminos  tendrán polvo 
y trazaré  mis  huellas  en  la  huida   de un  día  de  desdichas  y  cansancio.


No sé qué haremos   

No  sé  qué voy hacer  contigo,
 hoy  tus  besos  tibios   humedecidos  por  mi  boca,  turbaron  mi  placer.
Tus  mejillas  sonrosadas  adelgazan  mi  respiración, 
parece que  te fueras  volando  en  un  desmayo, 
parece que  muriera  de un  mal  tú corazón.

Te envuelvo  con  mis  brazos,  mi  aliento  te  revive, 
y  danzas  en  mareas  con  mares  de ilusión. 
Tu cuerpo  se estremece tendido  en  una  arena
y yo  en  un  mar  de espuma  te  baño  por  doquier. 
Parece que  se uniera  tu piel  junto  a  mi  alma,
 Parece que  se uniera  tu alma  con  mi  piel. 

No  sé  qué voy hacer  contigo  y este  amor  que nos  abraza,
 Esta  pasión  infinita  que deshiela  los  polos   que nos  llama,  que nos  grita. 
No  hay  ruidos,  no  hay fríos,  solo  nuestros  cuerpos,   solo  tu  piel  y  mi  piel.
Solo  tu  alma  y  la  mía  formando  un  solo  cuerpo
 en una  danza  bella  formando  un  solo  ser.

No  sé  qué voy hacer  contigo,  no  sé qué va  a pasar,
 parece que voláramos  los  dos  a  un  mismo  cielo
 perdiendo  la  cordura,  perdiendo  la  razón. 

No  sé  qué vamos  hacer  con este  amor  apasionado  y  loco 
con este  amor  incierto,  con este amor  tan  real, 
quizá  busquemos  siempre este nido  secreto 
entre paredes  altas  para  poder  gritar.

Con esta  carne  viva  que atrapa  nuestros  cuerpos
 sin fundas  ni  ropajes,  sin trabas  ni secretos
 bailando  nuestra  danza  los  dos  junto  a ese  mar.
Seremos  cual  dos  sombras  desnudas  en  el  viento
 diciendo: Bailáremos  nuestra  danza 
tal  cual  tú  me  amas  y  tal cual  yo  te  amé.


Como si  hubiese muerto   

Las  calles  están solas,  todas  las  puertas  cerradas 
y el viento  sopla  fuerte silbando  en  los  cristales. 
Parece que no  hay nadie,
la  noche  llega  y  en  la  tarde casi  oscura, 
mis  pasos  se  apresuran buscando  algún  refugio   en tantas  soledades. 

No  hay  luces  en  las  casas,  no  hay luces  en  la  calle,
 no  hay ruidos,  no  hay llantos,   la  ciudad  quedó  oscura  y  callada. 
El  viento  cesó  y comenzó  el  silencio, 
un  silencio  plano  y  afónico  como  en  el  mundo  de  los  muertos.

Es  tarde,  estoy cansado,   y sin embargo  el  sueño  no  llega. 
Estoy en  una  plaza  con plantas  y con flores, sin viento  sin ruidos, sin  olores. 
El  cielo  oscuro  no  deja  ver  estrellas   y siento  que  mi  alma  se ha  quedado  sola;
 ¿Por  qué!  porque  te  fuiste  sin  decirme  nada?
 Sin dejar  que  te viese,  sin verme en  tu  mirada? 
Sin ti  no  puedo  proseguir,   todo  se nubla  y  todo  es nada.

 No  brillan las  estrellas,  no  hay fuentes  ni  riachuelos, 
ni  voces  en el  puente,  ni  luces  en  las  casas,   ni  flores  con  olores. 
Todo  está  opaco,  siniestro,  sumergido; 
Y  como  tú no  estás,   Yo  seguiré viviendo  en este  olvido.


 Cuando  el amor es espera   

Ayer  mirando  el fuego  de  tus  ojos,  puse  a  quemar  en él  mis  sentimientos. 
Solo  quedaron cenizas...  y en  la  oscuridad  te  llamo.

Si  he  de esperar,  lo  haré  con  la  esperanza  que aún  guardan  mis  suspiros,
con las  mismas  ansias,  cuando  mirándonos  los  ojos,
creábamos  hechizos llegando  al  mismo  cielo.
 Porque no  quiero  seguir  mirando  los  pérfidos  espejos
donde el  miedo recorre  por  mis  venas  y  los  años  se plasman en  mi  cara.
Porque el otoño sacude  mis  raíces  que en  el  caudal  del  invierno
 serían arrastradas  sin prórroga  de tiempo en una  muerte súbita.

Y  es  que  turbado  está  mi  corazón,  porque  mi  alma  se  anega  con tu ausencia,
a  pesar  de  tu presencia  dorada  de los  días,
donde hay amaneceres  y  crepúsculos  bañados  de amargura  por  no  tener  canción.
Porque sigo  mirando  el fuego  de tus  ojos  que confinan  tu amor  a  brazos viejos,
mientras  mi  alma  detrás  de  los  espejos
se oculta,  para  no  sentir  el ruido  que cabalgan  los  celos  ancestrales,
 aumentando  el  desierto  sin apelación. 

Por  eso,  no  escuchas  mis  lamentos  ni  sabes  de  mí  tiempo  sufriendo  en  el amor, 
Y  dejas  como  el  viento  frescuras  apagadas
que envuelven en  la  estancia encajes  de  ilusión. 
Noches  plagadas  de  silencios,
donde  solo  la  penumbra  amiga  me acompaña  en  soledad. 
Noches  de  insomnio  adolorido,  solo  escuchando  un  latido,
el  latido  de un solo  corazón. 

Si  tengo  que esperar  lo  haré,  con  la  esperanza  que aún guardan  mis suspiros,
con las  mismas  ansias,  cuando  mirándonos  los  ojos,
creábamos hechizos  llegando  al  mismo  cielo.


Por qué  amo tus manos  

 Cuando  tus  manos  crucen  mis  manos  muertas   en  mi  pecho  un  día,
 verás  en  ellas  recuerdos,  dolores  y  caricias.
Recordarás  entonces  como  tus  manos   jugaron con  las  mías,
deslizando  en  mi  cuerpo  tus  delicias. 

De cómo  tus  manos  pusieron en  mis  manos   aquel  anillo  blanco,
blanco  color  de  tu sonrisa.
Recordarás  entonces  nuestros  sueños  envueltos  en  neblina 
con tus  manos  en  mis  manos  cruzando  aquella  esquina 
hacia  un  mundo  tan  nuestro  y  tan  divino. 

Amo tus  manos  porque tus  manos   cubrieron la  miseria  de  mis  pasos  derrotados 
y  mis  miedos  corriendo  hacia  el  abismo. 
Porque tus  manos  con  mis  manos   encontraron el camino  para  volver  a  nuestra  casa 
en los  momentos  de  hiel  y de  resaca.

Porque tus  manos  fueron sueños   soñando  en una  espera
cuando  en  la  tierra  solitaria  y  fría   atizabas  la  hoguera...  soñando  una  esperanza. 
Porque tus  manos  y  mis  manos  posadas  en tu vientre 
dieron calor  y  ternura  a un  hijo  que en  cimientes   buscábamos  los  dos.

Y  amo  tus  manos  buscando  hacia  las  mías 
para  que no  estuviese en  desvelo  ni  tan solo 
porque  mis  manos  en tus  manos  fueron cielo 
y tus  manos  en  mis  manos  fueron todo.


 Exilio de  amor   

Divago  desde  mi  exilio,   donde  los  relojes  marcan la  hora  detenida
donde en  los  aciagos  momentos  tu cara  se  extravía. 
Donde  acecho  como  felino  una  respuesta  que no  llega,
 Igual  como  las  distancias  que  me  apartan de tu  rostro 
pisando  los  restos  de  memoria  con el  corazón vacío.

Vacío  como  tus  ojos,  lanzando  un  golpe seco, 
vacío  sin  ayer  y  sin  mañana,   sin  sonrisas,  sin  palabras, 
sin ecos  que alivien  mi  pena,   solo  silencios,  solo  la  nada.
Igual  que Ulises  vagando  por  los  mares, 
como  un  castigo  de  amor  intolerante,
 como  un  destierro  doloroso  a  mi  pena  de  amar  irrenunciable.

Como  perdido  en  la  tierra  de nadie,   acechado  extranjero  y sin frontera, 
cubriéndome  del  polvo  que ahora  me  rodea.
Como  una  deformación  especular,   como  un  narciso  mirándome  al  espejo
 donde crecí  equivocado,  como  un  reflejo  del  agua 
creyendo  enamorar  al  mundo  con solo  una  mirada.

Y  en  este  laberinto  estoy  perdido   en este espacio  cóncavo  y  cerrado
 donde  mi  mano  busca  como  un  ciego   llegar  a  ti  desde otro  lado.

 Desde  mi  exilio  busco  el  devenir  de  algo  distinto, 
busco  el  mutar  en  el  espacio  y  tiempo,   y trasformar  el  mundo  con  mi  propia  fuerza.
Buscar  la  meta  para  llegar  a  tus  brazos 
encontrando  tus  huellas  que van hacia  el  desierto 
y en  un  delirio  de amor  y  fantasía,  llegar  los  dos   al  mismo  oasis….
Al  mismo  amor  con  que  te estoy amando.


 Estoico  amor   

Soy idealista  de amor  exagerado 
porque insaciable soy contrayendo  irrealidades,
 porque un  beso  cambiaría  mi  vida   a  pesar  de los  prácticos  que  olvidan.

Soy conjetura  improvisada,   variación  que  me  avanza  y  me estremece 
soy  afán adivinando  la  experiencia   y progresando  en  el  viento  que  me  mece.

Soy inquieto  como  la  vida  misma   como  el  llanto,  la  sonrisa...el sufrimiento, 
esquivo  el  dogma  que oprime y  esclaviza   como  oración  repetida  que no  hechiza .

 Y  en  este estoico  amor  paso  la  vida   para  quererte siempre sin  medidas 
y aunque ingenuo,  sensible y  con ternuras   no  doblaré ante Dios  tanta  hermosura.
Soy déjà  vú  que anticipa  mi  querencia   y en  una  hipnosis  ciega...  siempre te  amo.


 Como me  alegra ¡y como!   

Como me  alegra...  ¡y como! 
saberte definida  con  tu propio  aroma, 
saber  que tramontas  más  allá  de tus  ojos 
el  inmenso  azul  y  las  espumas  de las  bravas  olas.
Saberte un  río  de  dulces  aguas 
que llegando  al  mar  se vuelven  acuarelas   los  peces  de  tus  palabras. 
Saber  que un  ángel  silencioso  cuida  de tu alma
 para  que  sensible escuches  el  silbido  del  viento 
como  un  roce  posándose en  tus  labios

Como me  alegra...  ¡y como!   saber  que aún  trémula  hoja,
 puedes  amarar  con suave brisa   sobre las  mansas  aguas  de  mi  alma. 
Y me  alegra  saber  que en  la  distancia  de tantos  infinitos 
unos  versos  sin  rostro  pletóricos  de ensueños 
lleguen  a  ti...  sin ser  delito.


Buscándote   

En la  tarde casi  oscura   te vi fluir  casi  desnuda  en  abismos  de infinitos. 
Porque sé que  me  buscas   perdido  entre la  gente,
levantaré  mis  brazos   para  que no  me  pierdas  en  silencios.

Te encontraré en  las  calles   dibujadas  de  mi  mente  mirándote venir  desde  el  ocaso. 
Aquí  en  mis  pensamientos  guardáronse tus  huellas.
Aquí  mi  pensamiento   cubierto  está  de  ti,
 y  mi  alma  está  surcada   de paz
y  sin querellas   de no  olvidarte nunca   porque estás  en  mí.

 Seré  la  estrella  surgida  de cenizas   besadas  por  el canto   de peces  en  el  mar 
y emergeré al  espacio  para  alumbrar  tus  noches, 
noches  de plenilunio,   y de  aguas  llenas  deseándote encontrar.

De tu piel  húmeda  absorberé  deseos regados  por  la  luna
para  quedarme  siempre  en tu  mirada 
antes  que el  diluvio  convierta  el  amor  en  marejada.


Me iré  

 Me iré  cuando  duermas  en ese invierno  frío 
cuando  la  niebla  tapice tus  ventanas
 negándole a tus  ojos  mi  tristeza   de un  adiós  sin  palabras  en  esa  madrugada.

 Antes  que  el  nuevo  amanecer  muestre  mi  cara 
plasmada  de unas  ansias  que no  escondo 
surcada  del  dolor  más  hondo 
de no  tener  el  mismo  amor  con que te  amaba.
 Me iré  despacio  entre la  bruma  fría 
destilando  en  mi  pecho  el  trago  amargo 
te quise tanto  y  sin embargo 
quizá  te  quiera  todavía. 


A ver  si puedes  

 A ver si  puedes  como  yo vivir  la  historia   de un  amor  entregado  y  sin  medida, 
de un  amor  deambulando  las  heridas   para  dar  más  amor  en cada hora.
A ver si  puedes  percibir  en  la  mirada 
la  ternura  de un  amor  resucitado, un  amor  hecho  piel,  constante y  sosegado, 
un  amor  como  el  tuyo  en  esta  vida   como  el  mío  en  carne viva.
A ver si  puedes  escribir  la  misma  historia,
 si  puedes  borrar  mis  huellas  marcadas  en  tu piel,   en tu alma  y  tu  memoria.
 ¡A ver si  puedes!


Ya  mañana 

Ya  mañana  amor  mío   estaremos  liberados  de tinieblas. 
Escaparemos  de la  terca  sombra   y con  besos  mirándonos  los  ojos,
 hallaremos  el  camino  y  nuestro  sueño. 

Fue lindo  imaginar  la  barca  del  escape 
que entre la  bruma  del  río  nos  confundirá  la  noche. 
Huiremos  intactos,  buscando  amanecer  entre la  aurora,
y al  cobijo  de un árbol,  oiremos  la  sonata  de pájaros  cantores.

Nos  crecerá  la  ilusión,  la  esperanza...
y en lomo  de caballos  arribaremos al  lugar  del  sueño.
 Seremos  concomitantes  en la  misma  sonrisa. 
Esa  que no  muere,  que nos  ata  en  el  anhelo.
 Esa  que  brinda  y  garantiza llegar  al  mismo  cielo.




 Ecos de una brisa 

Porque  para nosotros  no es lejano el  amanecer,
 ni  la  lluvia,  ni  la  tormenta,  ni  el  sueño, 
 ni  el  viento que  al  pasar  nos roza,  
ni la  muerte  del  sol  en  el  ocaso. 


Aquí  estoy sin detenerme,  sin dejar  de crecer,  sin dejar  de  ser  feliz  a  pesar del  agua  que  me  baña. Aquí  estoy con  mis  alientos,  desafiando  el  viento,  expresando  el  amor más  infinito  y  el  ansia  de  llegar  a  mi  horizonte. Aquí  estoy aportando  mi  soñar,  el  soñar  que  me hace  libre,  arañando  el viento  que circunda  para  no caer  en  el  silencio.  Para  no  dejar  de ver tanta  hermosura  hasta  en  las  cosas  más  pequeñas.



Bienvenida natura  

 Viendo  ese Mar. 
Un  mar  verdoso  casi  dulce  bordado  de algas  y  de  peces  nuestros. 
El  coro  de  las  aves  torpes  plasmadas  de sol  girando  en torno  de  una barca  vieja.
Viendo  el sol  iluminando  atardeceres  que envidian  las  auroras, 
arcos  aislados  formados  de horizontes.

Sol  escondido  en  esa  línea  donde  las  sombras  proyectan  a  la  noche 
ósculo  de la  tierra  y  cielo. 
Se hizo Crepúsculo   aquel  beso  de colores  en  la  tarde casi  oscura 
que  me  acorta  la  noche. 
Y  llega  la  noche  como  larga  lengua  oscura   declinada  del  sol  para  buscar  el  orto 
donde  mis  ojos  contemplan...  las  estrellas. 

Grandes,  medianas  y  enanas,  constelaciones  de  mi  cielo
que  me envuelven de  mitos  bajo  el  manto  estelar.

Viendo  ese  bosque.   Densidad  arbórea  donde el  sol  se cuela
 despertando  sombras,  donde las  hojas   se vuelven hojarasca,  donde el  viento  canta. 
Selva  de  bioma  exuberante,   luz  tenue  que  a  mis  ojos  llega 
con el  vaivén  de  los  yagrumos.
Sobre  tus  copas  la  lluvia  alcanza  cubrirte  de rocíos
y  tus  ramas  se destrenzan  goteando  sus  cristales.
 Dentro  de ti   conciertos  y  colores 
canto  sonoro  de  aves,  crujir  de ramas,   plumajes  encendidos  en  vuelo, 
suspirar  de  la  hojarasca   como  una  alfombra  sobre el  suelo  tendida.

Tendida  hacia  el horizonte se ve la  inmensa  sabana. 
Hierbas,  plantas,  matorrales,   rayos  de  sol  encendido.

 Árboles  extraños  solitarios  que  miran los  espacios  bañados  de sol, 
que llaman a  la  sombra  para  albergar  un  nido.
 Nidos  de pájaros  errantes  cansados  de la  sed   que calman en  los  charcos,
lagunas  secadas  del  verano,   oasis  de  mi  llano.
Sabana  larga  y  tendida   donde  la  copla  se guinda  en colores  bermellones,
emisarios  del  crepúsculo.

Sabana  que llega  al  río. 
río  de espuma  entre  piedras   caminando  hacia  tu mar, 
río  de playa,  playa  de  río. 
Caminito  de  agua  dulce   corriente natural,  caudal  hermoso, 
dime  donde naces  y evaporas   dime  donde llegas  con tus  bocas.
 Estuario  quizá  seas  frente a un  lago,   o  Delta  como  dedos,  meciéndote en  el  mar
y  mi  recuerdo.


Canto de  patria y esperanza   

En una  tarde  mansa,   Devanando  las  tiras  del  hastío,
la  hierba  en el jardín lozana   fue  mi  lecho  febril  con pétalos  caídos;
  Allí  dormí  la  siesta  de pájaros  cantores  y  entré en  un  sueño  largo  de oscuro  atardecer,
 me  hundí  en las  aguas  mansas  de ríos  cantarines
 bañados  por  la  bruma  de  sueños  y querer.

Nadando  entre raíces  de  árboles  muy viejos,
 los  peces  preguntaron si  yo era  del  ayer;
Y  yo  empecé  la  historia  contando  paso  a paso,
las  cosas  que mi  alma  quería  estremecer. 

Conté que allá  en  mi  infancia  un  día  de  tinieblas, 
surgió  un  fuerte viento  con lluvias  tormentosas  que hundieron  los tejados,
se hundieron y  al  bajar;  quedaron bajo  el  agua  las  casas  y  las cosas, 
los  ríos  y  los  caminos,  la  iglesia,  el  palomar,  los  árboles  con frutas,  las cercas  y los  prados,   y solo  quedó  el  aire.  Mi  tierra  no  era  tierra,
todo  se volvió  mar.

Nadando  aguas  abajo  las  piedras  tropecé,
 y como  grandes  siluetas  de rocas  gigantescas  truncaron  mi  nadar. 
¿Por  qué  tapan  mi  rumbo  que  busco  ansiosamente? 
¿Por  qué  evitan que  encuentre  mi  bello  amanecer?
 Y  ellas  dijeron  __Debajo  de nosotras  están todas  tus  penas,  y  todo  cuanto anhelas  jamás  podrás  hallar,
 es  ya  un  imposible que encuentres  lo  que buscas,  aquí  truncó  la  vida,  aquí  llegó  el final.
 Es  más;  si  pasas,  y  al  pasar;
 tan  solo  encontrarás  abismos,  abismos  de agua  y  también  de sal;
No  serán tuyas  las  cosas  que anhelaste,  serán  del agua,  serán del  mar;
Serán sirenas  o caracolas,  serán ventiscas  y  aguas del  mal. 

¿Abismos  dices?  ¡Abismos  voy a cortar!
Pues  quiero  pueblos  y  quiero gentes,   gentes  de lucha  para  ganar. 
No  quiero  patria  desierta,  no  quiero  patria  en  la  sombra,
ni  quiero  patria con tedio  que no  contenga  memoria.
Mi  patria  debe ser  justa,  mi  patria  debe  ser  clara,
 muy clara  como  mi cielo,  muy  clara  como  el cristal,  muy clara,  clarita  clara,
como  el canto del  turpial. 

Quiero  rescatar  mi  patria  del  subsuelo  en  que se  anida
que sea  la  voz  de  mi  llano; extenso,  largo  y tendido, 
que resuene en  el  bramido,  que  deslumbre en  los  maizales, 
que en  la  noche  los  cocuyos  sean lumbre  de soledades, 
Que se escuchen  sus  maracas,  sus  joropos  y  timbales, 

Que su tierra  sea  fecunda  así  como  Dios  la  ha  dado,
para  que  de ella  se brote   la  espiga  tras  el  arado. 

Quiero  rescatar  mi  patria;  la  quiero  grande y  hermosa  como  siempre fue soñada.
 La  quiero  sobre los  hombros  de  la  simiente triunfal, 
sobre los  niños  dormidos  en  el  campo  de  lo  irreal,
 sobre el  mendigo  que  arrastra  su  pena  de mendigar, 
Sobre el  taladro  que  empuja  para  que pueda  brotar,   l
a  riqueza  aprovechada  de lo  nuestro  sin  bozal.

La  quiero  así; Pletórica  de  ganas  y  de cantos,  de  impaciencias,
de trillas  y sin  llantos,  de verdes  vegas  colmadas  por  el  pasto,
donde se  rumien  las vacas,  los  becerros  y  quebrantos,
los  cantos  de ordeñadores  y  recuerdos del  mastranto.

La  quiero  así; Pujante.  Con furias  del  Orinoco,  con estrellas  en la  frente,
con crisoles  de su  raza,  con ovejas,  con  melaza, 
con fríos  cordilleranos  de paisajes  y  escarlata 
y con su cóndor  en  vuelo  que  planeando  vaya  viendo  cómo  crece y arrebata. 

La  quiero  así; Fraterna,  unida  en  un  solo  canto,
 como  un  diamante  de América  dando  brillo  ,  dando  ejemplo, 
con vastedad  de abrazos,  de clamor  continental, 
marchando  a  todo  galope como  potro  en  vendaval,
 como  una  lanza  bravía,  como  una  marcha  triunfal.

¡Salgo  del  sueño  y  agrando  mi  universo! 
Salgo  del  sueño  cargado  de banderas,   banderas  de agua  bendita,  banderas  de  turupial,
 de  madre  selvas  que gritan cuando  me  pongo  a  soñar.
 Banderas  de niños  pobres,  de  mendigos  sin el  pan, 
de labriegos  sin cosechas,  de  industriales  sin  afán. 

Ya  el  viento  viene  por  las  costas  viendo  sudor  de canastos,
 bueyes  de arado  en  montañas  con  su niebla  y  con  su canto, 
viendo  llanos,  viendo  mar,  viendo  miseria  y quebranto.
 Si  no  sembramos  banderas,  ¿quién nos  va  a  secar  el  llanto?


El día en que yo muera 

El  día  en  que  yo  muera  no  habrá  cansancio  ni  hastío, 
Ni  sol ardiente,  ni  sudor  en  mi  frente.
No  habré  dejado  de  mirar  el  bosque
Ni  de sentir  la  lluvia  en el tejado.
 Habré  susurrado  una  canción que suavemente
llegará  hasta  mis  hijos  como  un  halo.
El  día  en  que  yo  muera  sentiré  más  amor  por  lo  que he  amado;
Y  no  sentiré  dolor  a  mi  manera,  de las  cosas  fueron  y pasaron.

Y  volaré  el  recuerdo  de estrellas  infinitas
  brotando  de  tus  dedos  y  tus manos  hija  mía.
Volaré por  el  bosque  y  las  montañas
 recordando  el  verdor  de  tus quehaceres  hijo  mío.

El  día  en  que  yo  muera  sembraré un  pensamiento  entre las  rocas,
y  será tales  ves,  a  mi  manera,  un  modo  de  quererte  amada  esposa,
Un  modo  de dejar  petrificado  el  amor  que  sembraste en  mis  pupilas,
en las  ansias  benditas  de  mi  boca  y  las  horas  felices  de  mi  vida.

Un  modo  de decirte lo  mucho  que te  amo
cuando  cierre los  ojos,  prendido  de tus  manos.
 Cuando  vuele feliz  mi  pensamiento  por  las  cosas  bonitas  que me  has dado,
 por  la  sombra  feliz  de tu existencia,  por  los  bellos  momentos,
y tu dulce perdón de  mis  pecados. 

Antes  de  partir,  mi  ¡Dios! 
Te pido  tiempo,  para  acabar  la  melodía  que en mis  susurros
 ha  sido  canto  de amor  hacia  otra  gente.
A los niños  del  mundo  que he amado  inmensamente.
A sus  gritos  traviesos  que alegraron  mi  alma
y  sus  besos  dorados  que besaron  mi  frente.

A labriegos  del  campo  bajo  el  sol  inclemente,
mitigando  el  sudor  que trasudan sus  frentes  en la  lucha  infinita.
A los viejos  que  gimen desamor  como  un  luto
en la  ausencia  y  la  espera de un  amor  cualquiera  para  morder  su fruto.

Gracias  Señor  por  tu  paciencia,  por  tu gracia  bendita  que  derramas, 
Por  tus  ojos  de  luz  para  mi  vida   Y  la  fuerza  infinita  que  me  inspiras.
Por  tu amor  desplegado  en  esta  tierra a  la  gente  que  anhela  y  que suspira,
por  los  ricos,  medianos  y  más  chicos que se bañan de  amor  en  agua  viva.

El  día  en  que  yo   muera,  moriré  por  amor, Así    es  mi  vida.


 Recuerdos de mi infancia
Relato
En el aire se conjuga  el color  y  olor  de  la  mañana,
y un  jardín  nos  deleita bajo  la  sombra  de las  nubes.
Allí  despierta  la  casa  en  el  frescor  del  día,
con ajetreos   y cantos,  y también con  mil  quietudes.
 Era  un  despertar  de  alegre campo  con la  brisa  tornando  en  las  ventanas,
con el  agua  corriendo  entre  las  piedras  en el torrente  suave de quebradas.

Con los  pájaros  saltando  de  sus  nidos  y  los  peones  marchando  a sus quehaceres,
con  la  luz  de  aquel  sol  desprevenido  sobre  la  espalda  de hombres  y  mujeres.
 Recuerdo  el  patio  de  mi  infancia  con jazmines,
 muy cerca  del  camino donde  mi  abuelo  llegaba,
con su caballo  y  enjalme,  con  sudor  de los trajines.

A  mi  madre caminando  en  la  sombra  y  corredores,
con  mi  fresca inocencia  de las  noches  y  sus  terribles  momentos  sin  amores.
Era  una  casa  de aleros,  de empedrados,  de ladrillos,  de  oscuridad  y  de miedos.
Con canto  y  grillos  siniestros,  con  estrellas  y  luceros.
Era  de  paz,  de  angustia,  de  tormentos;
 y  de silencios  que tibios  se transformaron en  miedos.

Una  casa  solariega  en un cruzar  de  caminos,
donde había  huertas  y frutos,
muchos  frutos  de  lechosas,  naranjos  y  mandarinos.

Un potreo  y  muchas  vacas,  caminos  de vecindad,
caminos  de  gente  alegre que bajan  para  comprar.

Los  domingos  era  fiesta.  Toda  la  gente llegaba,
y se llenaba  el  camino  y  se  llenaba  el corral,
y  se llenaba  de cestas  los corredores  y  el  patio,
y los perfumes  molestos  se esparcían  por  el lugar.

Todos  marchaban  a  misa,  y en  la  casa,  soledad.
Y  un  silencio  con la  espera  se  mitigaba  en la  brisa,
cuando  de  pronto un murmullo  a  la  hora  y  en la  mesa
se aprestaban a  almorzar.

Luego  partían con aperos,  con canastas  y  sombreros,
serpenteaban el camino  que  bordeaba  la  quebrada
con sus  sobrillas  de trapo,  con caballos  y  talegos.
 Con su  adiós  de vuelvo  pronto,  con  su adiós  de un hasta  luego.

 Recuerdo  siempre las  noches  cuando  los  grillos  cantaban
entretejiendo un  quejido  que  prolongaba  el  silencio,
un  silencio  que  arañaba,  que entrecortaba  el  suspiro  y  detenía  el  pensamiento.

 A la  mañana  siguiente el  aire  se juntaba  con el  sol  y  con las  sombras,
con ajetreos  y  quietudes,  con el  agua  corriendo  entre  las  piedras,
 con los pájaros  saltando  de  sus  nidos,
con los  hombres  marchando  a  sus quehaceres
bajo  la  luz  de  aquel  sol  desprevenido.


La  pureza  de tus  letras   
A  María  Elena  Ponce 

Como me envuelven  tus  letras  que  depuran líneas  de horizontes, 
que dejan caer  lloviznas  para  la  tierra  árida  y  para  las  rosas,
 letras  con  dulzura  de  lo  místico  para  enjugar  la  desesperanza.

 Letras  de  sueños  hambrientos  que tus  manos  plasman, 
que se dejan oír  como  un  silbido  o  rumor  de sentimientos 
buscando  en  el  vacío  los días  eternos. 
O aquellas  que nos  hablan del  dolor  y  el  gozo 
en las profundidades  contrastadas  por  la  luz  y  por  las  sombras, 
aquellas  acorraladas  por el  viento  despojando  el  ahogo
 desde el  rojo  de las  rosas  y  el  blanco  de las  magnolias. 

De tus  rendijas  donde la  tarde casi  oscura
permite la  muerte de  la  luz 
y en  las  mañanas  esputan  resplandores  que cantan  las  historias, 
grietas  donde se ve llegar  la  muerte y  el  olvido
grietas  donde se ve nacer  el  amor  con  gotas  de rocío.

 Esas  tus  letras,  que emanan de un cristal  donde el  tiempo   te hizo  prisionera. 
De donde  surgía  el  hambre  de las  palabras  con  tu pluma  y  con  tu  musa. 
Esas  que tienen  tanto  por  decir,   por  gritar  al  viento
 y  pedirle que  traiga  a  tus  balcones  los  ecos  de la libertad,

 Esas,  esas  no  morirán.
Y  yo  poeta  te  abrigo  con  la  sombra  de mis  versos
para  cantar  contigo  en  una  eternidad.


Soy  el  miedo   

Soy un  misterio  oscuro,  cambiante e  impredecible 
Soy yo  mismo,  soy la  otredad  en  que tú eres,  el  abismo.
Soy como  un  largo  y  angustioso  escalofrío 
que giro  en  torno  de agitadas  sienes. 
Vengo  de oscuros  rincones  a  perturbar  tus  ánimos  y  tus  deseos 
Vengo  vestido  en  recelos,  aprensiones  y  amenazas 
Soy la  sombra  de un  trauma  que incomoda  y  que arrebata. 
Soy tu riesgo,  tu inquietud  colada  en  la  mirada
de   tu nervioso  estar  en  los  afanes 

Soy tu ansiedad,  tu agitación y  tu zozobra 
Soy abstracto  y  repentino  confundiendo  tu  memoria. 
Soy como  la  chispa  que llega  al  espinazo
 y con ella  te deprimo  o paralizo 
También  impropiamente  soy  tu sombra 
Convertida  en imagen con hechizos. 
Soy quien  te hace ver  como  un  paisaje,  objeto  inanimado,
 De  miradas  que escrutan  y son indiferentes 
O miradas  convexas  que te arrugan la  frente. 
Soy pecado,  soy culpa,  SOY  EL  MIEDO.


Siempre  será la aurora   

Siempre será  la  aurora  testigo  de noches  insepultas, 
de palabras  que pasan al  olvido, 
de prisiones  en  pechos  compungidos  y  de  almas  buenas  cuando  el  día repunta.

 La  aurora  también  limpia  oscuros  sentimientos,
sacude el  polvo  de palabras  vanas, 
de las  cosas  que fueron como  un  cuento
y  el agrio  amor  con  que se ama.

La  aurora  arroja  al  viento  secretos  nocturnales, 
de pasiones,  de  silencios  y  dolores, 
de palabras  que fueron en  la  noche  tópicos  de amor  y  de clamores.

 Siempre será  la  aurora  la  dulce espina  que hace  sangrar  la  dulce herida, 
la  que lleva  el  sabor  de un  tierno  roce   y el dulce  amor  de  mirar  cómo  me  miras. 
Será  la  aurora  la  que siembre el  paisaje de  amor  en  tus  pupilas, 
en las ansias  benditas  de unas  bocas   y el dulce  mal  de  tus  heridas.


  Vivir no  es eso 

Vivir  es encontrar  amor  por  todas  partes, 
sonrisas  desplegadas  de conciencia  enamorada 
del  amor  y  la  belleza  como  arte.

Vivir  es confundirse con la  gente,
 es  amor  a  los  demás,  es beber  la  fuente  inagotable 
de la  justicia  incontestable. 

Vivir  es sentirse conjuntado  con el  presente y  el  pasado, 
vivir  con alegría  los  caminos  caminados, 
llenarse de  amor  por  los costados   y sentirse inhibido  del  pecado.

Vivir  como  vivimos  es  injusto, 
la  moral  de desliza  como  en cuevas refugios de  ratas e  intolerancias nuevas.
 Cegueras  de pasiones  bochornosas,   maltratos  de conciencia  y honras,
 amantes  de lujurias  caprichosas   tiñendo  la  equidad  en sombras...

 Donde  se  apagan  las  luces   que el  espíritu  refleja   (paz  y  bienestar  común),
 donde  se esconden en sí  mismos   como  gusanos  retorcidos,
 sin  importar  ningún  gemido   y ni una  lagrima  sobre el  ataúd.

 Vivir,  no  es eso,  es  otra  cosa; 
es  elevar  cual  mariposas,   las  alas  que al  deceso  dejen  la  huella  ejemplar.
 Es  transportar  el  polen que  otras  flores  dejarán germinar. 
Es  valorar  las  acciones  del  espíritu,   es  entregarse  al  caminar, 
al  caminar  seguro  y  con el  ímpetu de llenar  y  no  vaciar.

Es  pensar  en infinitas  cosas  (espiritualidad), 
amor,  esperanza  y  caridad. 
Es  llenarse  de amor  trascendental,
 es  encontrar  en Cristo  la  mirada  de un  horizonte nuevo  y real. 
Es  conducirse ajeno  de lo  malo  para  entregar  amor  sin un  bozal.
 Es  no  insidiar  ni  aborrecer,  es  quitar  el  hambre y  aplacar  la  sed,
 es  volcar  la  bondad  por  todas  partes   para  entregar  al  mundo  un  ideal, 
es  entregar  al  prójimo una  mesa,
 una  fruta 
y un  rosal.


Mirando la indigencia 

En este  mirar  imágenes  de indigencia 
que golpean y  socavan la  conciencia   que se sufre en  lastimar  de enojo 
me asusta  y  me congojo   en el trémulo  preámbulo  en  el  que escribo. 

Y marco  brecha  por  la  calle abierta 
donde  mis  ojos  estáticos  contemplan penurias  que vivimos  trenzadas  del  dolor  humano.

Porque se escapa  de  mis  manos,   porque solo  queda  el  clamor  de  la  esperanza 
en un  mundo  que avanza  y  que se jacta 
sin  presentir  el  desatino  de no  cubrir  la  falta.

 Y  se vuelve abismo   oscuro  transitar  con  noches  de hambre   que la  ciudad  cansina  no  percibe   indolente quizá  sin  que se anime   a  descubrir  el  dolor  que en  ese enjambre   ven  mis  pasos  del  camino. 
Son carencias  sin abrigo   que se arriman bordeando  basureros 
son fracasos  tapados  de sombreros   sin  apoyo  ni  esfuerzo  por la  condición humana. 
Son las  voces  sin  mañana   tapiadas  de noche balbuceante 
urgidos  del  licor  para  el  olvido   con los  ojos  cerrados  o distantes. 

Fueron niños  del  olvido   que hoy repiten en  otros  el  silbido 
marcados  del  color  bermejo   sangrando  en  el  sangrar...  cuando  me  quejo.


"Julio Romero de torres   Pintó la  mujer morena"   

OH  musa  que  modelas  y  que  llegas   con colores  que  siembran  mis  palabras 
todo  el viento  recoge  tu sonrisa   y se esparce  moviéndose  en la  brisa 
un  bosquejo  de amor  en  mi  poema .

Con luz  y  sombra  mis  palabras  vagan   y te envuelvo  en  el  lienzo  de  mis  sueños
 y dibujo  tu piel  con tal  empeño   que tu cuerpo  se esboza  en  pinceladas.

Y  te  siento   con fragancia  de amor  desde  la  calma   contemplando  tal  vez  desde  mi  alma
 el  paisaje de  amor  con que te quiero. 
Hoy  me  llegas  desnuda  ente  las  frutas   que tus  brazos  sostienen con  ternura
 y se encienden  tus  senos  con  lujuria,   junto  a  ellas,  mostrando  su dulzura.

Misteriosa  tal  vez  musa  del  lienzo 
que pintada  impregnaron  a  mis  ojos
 hoy te  muestras  provocando  antojos 
desde el  barniz  que sella  los  silencios.

Con  mis  letras  en  el  lienzo  de un  poema   te percibo  sensual  y  exuberante 
voluptuosas  tus  frutas  en  contraste   y tus  ojos  profundos  que  me  queman.
Hoy  me  llegas  desnuda  entre las  frutas   y te escribo  palabras  en  mi  lienzo 
se desnudan  mis  versos  en  mi  musa   y desnudo  se queda  el  pensamiento.


Metamorfosis 

“Somos  el  esputo  de  un  sol  que nos  lanzó  al  espacio  en  resplandores.
Remojados  de  mar  somos  vivientes,  y  desde la  diáspora  cósmica soñadores.”

Sopla  el viento  del  conocimiento  para  evitar  los  riesgos  del  error, 
Para  desparasitar  la  mente en las  fallas  intrínsecas  de la  ilusión.

Somos  fragmentarios  como  rocas  demolidas, 
Vivimos  en  falsas  concepciones.  Somos  zarzas  y  piedras  sin  saber  como hacer  con nuestras  vidas.   No  es solo  una  la  concepción de nuestro  mundo,  vivimos  en un sin fin desorientado,   Vivimos  de un  sueño  como  Segismundo  y  con las  alas  rotas  de pájaros masacrados

Vivir  no es  eso,  es  otra  cosa,  es  elevar  cual  mariposa  las  alas  que al deceso  dejen  la  huella  ejemplar,  es  entregarse  al  caminar,  al  caminar seguro  y  con el  ímpetu de llenar  y  no  vaciar.

Es  encontrar  amor  en todas  partes,  es  llenarse  de información y  de verdad.
De conocer  al  mundo  como  un  todo,  de conocer  un  mundo  más global. 
Somos  la  realidad  global  y  planetaria,  debemos  de unir  lo  humano dislocado 
Pues  somos  brisa  de  llanto  y  espinazo 
En  este  mundo  global  embarbascado. 
No  acantonemos  la  ciencia  y  la  sabiduría,  unamos  todo; literatura  y filosofía,
unamos  todo  en una sola  poesía. 
Sopla  un  viento  de vida  más  humana; seamos  un todo  universal  y  un  todo separado,  un  mundo  que involucre y  que reúna  la  pertinencia  del presente y  el  pasado.

Debemos  saber  ya  de  quienes  somos,  sin olvidar  por  Dios  en donde estamos,
 De donde vinimos  y  a  dónde vamos. 
Es  importante saber  cómo  flotamos  en  el  azul  inmenso  del  universo  mío,
del  universo  de ellos,  del  universo  tuyo.
 Es  uno  y solo  uno  el  cosmos  gigante  que  nos  une,
 somos  materia  y espíritu,  somos  la  huella  que en  la  tierra  nos  reúne.

Somos  la  ligazón  de todo  lo  plural,  de las  historias  y  las  filosofías,  de  lo simple y  lo  multidimensional,  de las  culturas,  de  las  artes  y  la  poesía.
 Somos  el  esputo  de un sol que nos  lanzó  al  espacio  en  resplandores. Remojados  de  mar  somos  vivientes,  y  desde la  diáspora  cósmica soñadores.

 Somos  humanos  con  animalidad,  donde  lo  homínido  se humaniza formando  la  individualidad.   Somos  biológicos  puros  con plenaria  culturales,  donde aprendemos altruismos  con  paroxismos  de vida  y  embriagues  irracional. 
Somos  un  rizo  que une la  mente con el  cerebro  en  comunión cultural;
Con apegos,  con impulsos,  con  apego  de lo  real. 

Por  eso  somos  especie reproductora  de iguales.   Somos  grupo  en  sociedad,
somos  chispas  que acelera  la  llama  en perpetuidad.
Perpetuidad  pluralista  llena  de  diversidad,  con sus  variantes  y  aristas  de unidad  intelectual.

Somos  quimera  de  muchos  y  somos  uno  en lo  real,
somos  un sueño  en vigilia  y  canción  primaveral.

Seamos  todo  y  no  cometas,  habitantes  del  planeta,
planetarios  de humana condición donde nos  asista  el  peso  de la  múltiple  razón.

 Pigmeo,  negro,  amarillo,  indios  y  blancos  son especie,
especies  en sociedad,  con sus  cantos  de estribillo  y  cantos  de libertad. 
Todos  en  nave  volamos  en  el  cosmos  por  igual  con estrellitas  lejanas  de ese  mundo  sideral.

Y  en  esa  nave  pululan como  en  torre  de Babel,   Mil  lenguas  y  mil  caminos. 
Porque eso  somos  amigo; Diversidad  y  destino,  destino  y  pluralidad.


Eres alguien 
  
Hundo  mis  manos  en el fondo  bello  de tus  letras 
y  me  pierdo  buscando  como  hallarte. 
Recorro  el  abismo  flotando  en  sensaciones   y tu alma  me llega  florecida.
Te detecto  y  mi  nervio  enloquecido  te abraza  y  te bendice 
No  son  castillos  ni  jardines  los  sitios  en  que habitas. 
Quizás  te encuentre  allí  en ese  reino  de  ruinas   junto  a  las  piedras  que besas.
O  en  el  campo  desolado   donde  las  tunas  atrapan  tu perfume
convirtiéndose en  flor  con las espinas.

Quizás  te encuentre  en la  pobreza
y te oiga  desde  lejos   con el  viento  llenándote  la  cara 
y suspirando  en  la  calle una  sonrisa.

Para  mirarme  en tus  ojos   cerraré  los  míos,
imaginando  los  tuyos   abiertos  al  mundo  que nos  mira,
 y  miraré en  los  tus  tuyos,  el  alma  y  el  paisaje 
que el  mundo  te dejó  para  mis  ojos.

Y  seremos  amigos  sin limosna  de cariño 
sintiendo  la  textura  en nuestras  manos 
con los  labios  esbozando  una  sonrisa 
como  ángeles  despiertos  y  con nombre.

Por  eso  te busco,   por  eso  te llamo,
 simplemente...eres  alguien.


Detrás de las sombras 



Simpleza  infinita  que  nos  une  que  nos  llama  y  nos  confunde. 
Y  es  que  todo  nos  mueve  al  mismo  espíritu  
donde  el  tiempo  nos  envuelve, nos  amarra  y estremece. 



Brebaje  de dulzura  

 Recuerdo  tus  ojos  irradiantes  como  lámparas.
 al  compás  de la  tarde  casi oscura 
donde el  viento  giraba  como  un  aletear  de  notas  musicales.

Allí  se apagaron tus  ojos  por  el  resplandor   iluminado  de canciones  lejanas
 y  ocultaron la  luz  de tu cuerpo   que ya  borroso  llegó  hasta  mis  ojos. 

Y  recuerdo  tus  caricias  sedosas  como  una  piel  llegándome con  alas
 para  llevarme  a conocer  un  mundo  nuevo. 
Siempre  más  allá  de  tu piel  estará  tu  dulzura  indeleble
como  la  eternidad nunca  será  borrada  ni  dispersa,
siempre  será  brisa  con el frescor  que viene  de  montañas  de invierno,
tan  suave  como  tu  alma,  que sopla  y  sopla las  cenizas  de nuestros  pechos
donde una  vez hubo  fulgor  de fuegos. 

Siempre serás  brebaje de  dulzuras  que  limpia  mis  pasiones
y  mis  males en las noches  oscuras  de  mi  intolerancia,
haciéndome  mirar  un  mundo nuevo  en  cada  amanecer. 

Entonces  las  flores  se esparcen  por  jardines
y  crecen en  las  copas enjambres  cantarines  batiendo  entres  sus  alas  la  esperanza.


Llueve  por dentro   

Tu adiós desde el  manantial  del  agua  fluye como  un  suspiro
y  revuela soñoliento  marcando  las distancias  con  mi  congoja
que se  oculta  tras  las sombras.
Subvirtiendo  el  amor  trocaste  la  ilusión en  una  noche desprendida
que  ante el rostro  del  frío  hizo  morir  las  esperanzas  y crepitar  la  luna  en el  silencio.

Así  me  fui  de tus  ventanas  y  oculto  entre las  sombras  hoy  me  encuentro
crujiendo  en el recuerdo  los  desdenes  y tan  lejos  de tus  ojos.
Y  llueve  sobre  mi  alma  el  desparpajo, el  asombro  de no  verte en  mis  rincones,
en los  juegos  de  manos  cariñosas  desbrochando  los  botones  y  deshaciendo  sábanas.

Y  llueve como  luz  buscando  sombras,
como  luz  en  laberintos  de sonidos  que  cantan  tu nombre en  los  recodos,
en las calles  desiertas  donde siempre imploro,
Donde no  te hayo,
y donde lloro.


Evanescencia 

  Más  allá  de los  días  donde  las  horas  se evaporan  buscando  las  auroras, una  luz  dirige  mis  pasos  bajo  el  mismo  cielo  y  el  mismo  lodo  que el sol  va calcinando.   Entonces  me alegra  tu regreso.   Y mis  pupilas  retienen tu figura  que convierto  en  afectos  para  mi  alma que te ansía.
Entonces  me  siento  en  la  pasión que llena  que canta  y  que suspira
sin importar  pasados  o  futuros. 

Aquí  estoy como  bardo  de ilusiones  rotas  presintiendo  tu  piel  junto  a  la mía,
embriagando  mi  mente con tus  besos
 y  dejando  que el  sueño  se convierta  en  el  dulce  clamor  de  tus  ternuras.

 Entonces  en  la  orilla  de un crepúsculo
voy  mirando  tus  pasos  viniendo hacia  los  míos,
alborozo  de ilusión que desgrana  la  evanescencia  de  mi propio  yo  y  mis  latidos.



Lo inmenso de un encuentro   

Contemplas  las  estrellas  con  lindas   sensaciones. 
Te acercas  para  plasmar  mi  piel  con tus   caricias,
te desnudas  de amor  y  me seduces   s
intiendo  el  dulzor  de  mi  mirada.

Giras  tu  mente hacia  rojo  del  ocaso
 donde   el  fulgor  de colores  bermellones  me  atrapa   entre tus  brazos
 y  me  entrego  a  tu oasis  de   pasiones.

 Ahora  somos  anudados  por  el  tiempo
  e   imagino  tu voz  en  los  renombres  alados
de  noches  que pasamos recordando  embrujos. 

Al  momento  somos  fantasiosos,
nuestras   bocas  nos  llenan  de  embelesos
disfrutando   el  silencio  en  la  mudez  de las  palabras.

 Y  Ahora  nuestra  piel  es sinfonía que acompaña
el  alma  y nuestros  cuerpos
se   deslizan en  el  trémulo  roce  de suspiros
que   buscan volar  como  dos  ángeles.

Es  la  hora  del  ensueño,
del  vértigo  que   desvanece  más  allá  del  encanto  que hechiza  y   que fascina
envueltos  en  la  inmensidad  del   amor  con que vivimos.


Cruzando el puente  

 Entre vaivenes  ambiguos   se abre cauteloso  mi  poema
para  llamar  al  recuerdo  sin nombrarlo.
 Como  un  canto  indescifrable transito  mi  camino 
buscando  la  alegría  sin poder  hallarla.

Cruzo  el  puente  y bajo  sus  aguas  se deslizan los  espejos 
donde nunca  he de  mirarme.
Se van  amalgamando  mis  reminiscencias 
para  que  inesperadamente  broten  mis  poemas
mágicamente  iluminados  de  tristeza,
como  transmutaciones  que de  los  rincones  de  mi  alma  afloran.

Dejo  hilar  el  borde de la  aurora  después  de las  noches  de insomnio 
para  entregarme  a  la  luz  del  sol  que en  los  afanes  aburridos  transcurre mi  existencia.
 Se nublan  los  paisajes  y  no  hay retorno  del  verdor  en  mis  pupilas.


Acompáñame   

Me acompañarás  tomado  de tu  mano   para  buscar  el  cruce  de caminos 
y con el  mismo  dolor  nos  separemos. 
Nos  llevaremos  cada  uno  la  mirada   para  vaciarlas  luego  al  infinito 
donde nuestros  secretos  queden sepultados. 
Será  entonces  un  cuento  inacabado   vagando  en  el  espacio, 
seremos  canción que  arrulla  soledades  infinitas 
de nuestro  eterno  mirarnos  sin  sonrisas. 
Seremos  un  recuerdo  de cosas  que pasaron,
 como  un  jardín sombrío,  deprimente  anochecer  y  alba  inconclusa.

Dejemos  que la  noche nos  convierta  en  duendes 
vagando  en  el  espacio  mientras  el  mundo  duerme.


Cuando  te hayas ido   

Cuando  te hayas  ido,  cuando  yo  me vaya, 
no  habrán  miedos. 
Tan solo  la  sonrisa  de saber  que fuimos 
almas  gemelas  bajo  el  mismo  cielo. 

Goteando  estamos  un amor  que busca 
las  mismas  ansias  que la  vida  lleva 
y en  esa  arena  donde  mueren  olas 
queda  la  espuma  de  tu alma  nueva.

Cuando  sueños  prófugos  busquen   la  distancia
serían cautivos  de un umbral  negado, 
pues  no habrá  pena  ni  tampoco  llanto 
solo  sonrisas…  por  haberte  amado.


Para que  tus ojos me encuentren   

Por  qué sé  que  me  buscas  en  brújulas  perdidas 
y tus  ansias  se hielan  buscando  amaneceres, 
mis  noches  fueron tuyas,  fueron tibios  los  placeres.

 No me busques  en lugares  escondidos,  ni  en rastrojos 
donde el  viento  regresa  arrepentido, 
ni  en  silencios  ni en olvidos, 
no  me  busques  en  pasillos  largos
 ni  en  rojos  de sangre   mirando  hacia  la  nada.

 Búscame en  las  notas  bellas  de una  canción que compartimos
 así  no habrá  silencios,  solo  ruidos. 

Y  entonces  los  arpegios  retumbarán tu  alma 
notándome  presente,  sin haberme  ido.

Ya  no  hacen falta  las  velas  ni  el fuego  ni  las  llamas
 para  buscarme  en  oscuros  rincones  donde tu voz  no  llega, 

Búscame en  el  fondo  de tu  alma
y  así  verás  brillar  muchas  estrellas.

Ya  no  hace falta  que  tu voz  calle  ahogando  las  palabras, 
buscándome en  desiertos  o  en  los  mares,

No  creas  que  tu voz  no  me  alcanza  o  que  te sientes  muda, 
Tu voz  está  en  mi  alma  como  una  canción que siempre arrulla.
 Tú sabes  dónde estoy  porque  me  buscas?
 si  soy  parte  de ti  y  de  tu cielo 
soy  parte  de tu  alma,  de tu  piel  y  tu consuelo.


Te necesito siempre   

Quizá  vaya  a  buscarte y  rondaré el umbral  de  aquel  comienzo 
para  que el  recuerdo  transite entre nosotros.
Para  que  delineemos  los versos  en  las  rutas
que el  aire aún no  esconde,
para  juntar  nuestra  piel, para  besarnos. 

Y  es  que hoy te necesito  porque arde en  mi  sangre  todo  aquello 
la  luz  de tu  mirada,  la  flor  de  tu sonrisa
y  el  suave  juguetear  de  tus cabellos. 

Necesito  los  labios  de la  ausencia
perdidos  en la  sombra  de un  ocaso
y tus  manos  distantes  del  regazo
de este amor  que no  tiene  tu presencia.

Jamás  se  irá  de tu  alma  la  huella  más  profunda,
allí  las  cicatrices dibujaran recuerdos,  las ansias,  las  horas  taciturnas,
 los  besos  en  mis brazos,  lo  dulce y  lo  más  tierno.
Tal  vez  mañana  pueda  arrancar  el  bálsamo  de ausencia.
Tal  vez  mañana juguemos  con el  viento.


 Si me dejaras   

Si  me dejaras 
La  evocación de  abismos  llegaría  a  mi  alma 
rompiéndose el  claror  de  mis  auroras. 
Un silencio  grueso  rondaría  por  mis  jardines 
enmoheciendo  todo  por  la  falta  de  tu amor.

Estallaría  el  agravio  como  punzada  hiriente 
volando  con el  viento  mis  hojas  del  verdor.
 
Divagaría  ilusorio   sin  rumbo  conocido 
mirándome en  espejos  de niebla  y  de  dolor.

Sería  un  fantasma   que grita  tras  las  puertas
 clamando  aquellos  días de amor  y  de pasión.

Quedarían  mis  poemas  disueltos  en  el  aire, 
carentes  de destino,  tal  vez  como  promesa..   ..  Que nunca  se cumplió.


A mi madre muerta   

sufrías  de día,   descansabas  de noche, 
lavabas  y  cocías  murmurando  los  afanes 
que dejabas  regando  los  jardines . 

Caminando  en  la  calle te extasiabas   y tus  ojos  buscaban el  encuentro 
de la  gente que  amiga  de  sus  cuentos   estrechaban tus  abrazos. 

Yo  caminado  junto  a  ti  feliz  seguía   el  sermón  que tus  labios  me decían, 
las  palabras  que jamás  fueron oídas   y que extraño  después  de  tu partida.
Fue fuerte  mujer  de  mandamiento   plasmada  de  montañas  y  de  miedos,
 de rezos,  de oración,  de desencuentro..

Y  fue  aquella,   que pensaba  en  mi  mañana, 
en  mis  horas  felices
aquella  que  soñaba  a  solas,
 -que  será  de él,  sin nunca  decir  nada.

Aquella  que de niño  me  cargo  en  sus  brazos   sufriendo  en  carne  viva  mis  tropiezos
 la  que  me  brindó  sus  besos,   sus  caricias,  sus  abrazos. 
En ella  pienso  hoy.   En ella  que fue  mi  amor  y  mi  querella   mi  angustia,  mi  alegría,
 la  que con su  aroma  me  impregnó  la  vida   dándome  aromas  para  que  sonriera 
y yo  dándole espinas  para  que  sufriera. 
En ella  pienso  hoy,  sin ser  olvido a  mi mente y  corazón,
en ella  pienso  hoy como  un  suspiro, 
como  el  ave  que en  un largo vuelo   hecho  pedazos...  nos  dejó  su nido.


 Agua, reflejo y alma   

Divagas  tú,  divago  yo   este  mundo  que es  tan nuestro, 
tan  tuyo,  tan  mío   como  el  agua,  reflejo  y  alma   que en  tus  manos  encuentro. 

El  agua  ya  se  marcha  de nosotros   se evapora  y  se sumerge
 se esconde en  las  rendijas   humedeciendo  los  árboles  y   formando  habitas  sin escarcha. 

Ya  no  nos  reflejamos  en  espejos,   el  alma  se  reseca  en  un  instante, 
sombra  ahogada  que  se esfuma. 
Alma  huidiza  que abandona  mi  cuerpo,   que se escapa  sin permiso, 
que se cuela  etérea  entre fisuras. 
Vagando  entre  las  sombras  asustada. Ya  volverá  deseosa  a  su  morada 
para  vivir  conmigo  un nuevo  encuentro, 
ella  conmigo  yo  contigo   y tu alma  y  mi  alma  un  solo  centro.


Canción  del  sueño y del amor   

Yo  que  tanto  sueño  vida  mía,   Que imagino  las  cosas  sin  medida, 
Que tránsito  en  el  aire  mi  trinar  de  poesías, 
Quizá  me ponga  viejo  si  saber  que un  día 
Te dejé  que  pasaras  por  mi  vida. 

Y  seguirás  el curso  sin saber  que  el  sueño   se  tornó  en  hojarasca  y  ventisquero, 
sin  saber  que un  día  la  primavera   de  muchas  flores  te llenó  el ensueño.
Que fuiste  tierra  y  semilla  para  que en  ella  brotara 
lo  más  hermoso  que  en vida,  pudiese brotar  de un  beso.
 
Yo  que  sueño  tanto  vida  mía,   no  sé  si  al  despertar  un  día
me encuentre  tan  triste y  tan lejano;   aferrado  de ti  y  de tu  mano, 
contemplando  el  recuerdo  de tus  pies  desnudos
 jugando  en  mis  rodillas  y  mis  manos.

Contemplando  espejos  de imaginación   susurrando  como  quien canta  una  canción.
 La  canción del  sueño  y  del  amor.


Hoy Te  Saludo   

Hoy  te saludo  amor,  y no te  odio  todavía, 
tal  vez  no  te recuerde,  pero  te  abrazo  hoy, 
y aún si  me  adorabas  y  aún  sí  me tenías,
 los  dos  quisimos  siempre un  tanto  el  desamor. 

Ese amor  tan  alegre,  desmesurado  y  vago 
me lo  saqué del  pecho  para  olvidarte al  fin 
no  quiero  que  te acerques,  no  creas  que te  alabo,
 pues  quiero  que te vayas  quizás  lejos  de  mí. 

No  existe ni  un  atisbo  de  sentimientos  sanos,
desde  mi  alma  pienso  que  ya  no  vives  más 
te dejaré  el  olvido  quizá  como  un hermano 
para  que  te  acompañe siempre  sin  pesar. 

Hoy  te saludo  sin luz,  sin alegría, 
te olvidaré en  silencio  quizás  lejos  de aquí, 
hoy te saludo  amor,  sin  más  medida, 
que la  del  alma  mustia  que sembraste en  mí.


No quiero  tedios   

Hundo  mis  manos  en el fondo  azul  del  pensamiento
y  me  alegro buscando  tú  alegría. 
Recorro  el  abismo  flotando  en  sensaciones
y  tu  alma  me  llega  florecida, 

Te detecto  y  mi  nervio  trasnochado
te abraza  y  te bendice feliz  de haberte hallado.
 No  susurres  amor  cosas  al  viento,
ni  pienses  que no  estoy,  eso  no  es cierto. 

Es  tanto  mi  dolor  de no tenerte
que transporto  mi  voz  para  quererte. 
Ya  no  quiero  que  me  digas que estás  sola  y  aburrida, 
ya  no  quiero  verte sola  como  un  niño  sin  arena
y  sin castillo,   ni  quiero  que  mastiques  canciones  insonoras, 
ni  que escribas  mi  nombre en el  azul  cuadrado  de cansados  días.

 No,  no  quiero  que  tu  alma  se evada  de  mis  manos, 
no  quiero  que  tu alma  se  pierda  en  laberintos   por  no  encontrarme  un  día.

Ya,  ya  estoy  aquí,  -¿acaso  no  oyes  la  canción que está  sonando?
 La  traje de allá  de tus  recodos,
de donde el  viento  te empujó  a  mis  brazos 
de donde fuimos  tú y  yo codo  con codo, 
un  solo  amor  y un  solo  abrazo. 

Así  que ya  no hay  más  porque temer, 
de que has  perdido  lo  que  ayer  fue  tuyo 
ni  tedio  amargo,  ni  sustos  sin arrullos. 

Ya  estoy  aquí  para  embriagarte  de  amor  y de  sonrisas,
 para  calmarnos  con suave amor  que el viento  eriza.


Entonces  no fue en  vano 

Entonces  no fue vana la  espera  en  el  adiós,
ni  vana  aquella  ausencia lejana  de la  nada
donde un  día  entre las  sombras nos  perdimos  los  dos.

Entonces  no fue en  vano la  usencia  y  el  silencio  de esos  días;
pues  dos  aguas  llegaron  de la  mano y tras las noches tardías
tus ojos y mis  ojos bebieron el  amor.


HECHO MIGAJAS 

Una  vez  más  expreso  mi  dolor  interminable que sube  por  mis  venas
y  me asfixia  como  gas  venenoso  en  mis  pulmones.
Gruesa  angustia  congojada  que crepita  como  lluvia
cayendo  en los tejados.

Interminable es  mi  voz  ahogada  que hace  fluir  mi  espanto
como  bruma oscura,  que  transita  los  caminos  de  mis  lares;
arrasadora  bruma.
Como  en  abstraído  sueño  estoy viviendo  este  interminable  dolor
que  me asfixia  y  me  abisma  en cavilares  del  gran  amor  desvanecido.

Ya  no  sé quién  soy ni  porque  vivo,
ya  mis  versos  en  sangre se  manchan y borrosos  se pierden,
 buscando  los  umbrales  de un  lejano  lugar irrecordable.

Quizá  ya esté  muriendo  en  la  bruma  de  mi  vida,
en  esa  pequeña  luz  que aún  pervive;
la  mudez  de  mi  voz,  la  lisonja  arrinconada,  bruma  y  nada más  que  bruma.

Alguien  tañe  cual  campana  mi  dolor,  lo  siembra  en aguijones  por  mi cuerpo.
Todo  es  charco  fluyendo  alrededor.

Migajas  se desprenden como  barco  destrozado  entre las  olas,
como náufrago  asido  a  los  deshechos  mirando  un  horizonte  que no  alcanza.

Todo  es  bruma  con viento  enardecido,  y yo,  gaviota  herida
no  puedo aclarar  mi  canto.
Caeré a  la  mar  para  morir  de espumas
y  arribar  a  la playa  hecho  despojos.


Un vuelo con la poesia


Hagamos  que el vuelo  de  la  poesía,  vaya  dejando  su  aliento
más  allá  de las  tormentas,  más  allá,  donde existe el  dolor  y  la  tristeza.

Hagamos  que la  palabra  no  se  quede  muda.
Hagamos  que el vuelo  de  poemas  llegue  a  lo  más  hondo,
 allí  donde pulula  el  dolor  y  las  lágrimas;
no  solo  para  los  más  necesitados,
sino también  para  el  desamor,  la  ira  y  la  locura.

Porque es  una  forma  de pelear  con  lo  in-humano.
Con esa  incertidumbre que envuelve  la  mentira,
con ese color  ocre del consuelo,
sufriendo  con dolor  en  esta  vida.
Porque cuando  el  alma  es  libro  abierto  y  el  corazón  opaca  la  luz,
es posible la  tracción  o  los  deseos  encubiertos.
Por  eso  la  evocación  es  soledad,  clamor  de complacencia,
Regocijo  en  la  promesa.


Eres  y  estás 

En  mis  pupilas tu imagen siempre está
Y  giras  en  mis  venas
rondando  en  la  garganta el  gutural  sonido  de tu nombre.

Y  palpitas  en  mi  rincón  izquierdo
 con rumor  de olas  besando  las  arenas.

En  mis  sueños; ay!  en  mis  sueños
Tu figura  desgrana  la  lisura  y  suavidad  de brillos.

En  mis  pupilas  siempre  estás
Danzando  en  las  alfombras  que van  a  mi  ventana.
Eres  luz  y  eres  brisa que cohabita  conmigo  amaneceres.


Cuando  lejano  esté 

Como  será  mi  ausencia  cuando  ya no  exista
cuando  en otra  dimensión tal  vez  lejana
tu pensamiento  se pierda  con la  brisa
y una lágrima  brote  en tu ventana.

Lejano  estaré de  aquel  sendero
donde  tus  brazos  y  un árbol  fueron sombra
pues  siendo  ave  que  partió  primero t
u corazón  dolido  es  quien  me nombra.

Será  un  atardecer  en  tus  pupilas
sufriendo  las  noches  de  mi  ausencia
será  el  insomnio  que  suspira
anhelando  amanecer  con  mí  presencia.

Lejano  estaré; pero  en tu alma
sabiendo  que te amé  sin  los  tomentos
a  tu corazón dolido  llegará  la  calma
y un  vendaval  de  amor  será  tu pensamiento.


Deberíamos   

Ay!  amor,  hoy que estamos  viejos
quizá  debiéramos   pensar  en  otra  vida,
un  mundo  más  allá  entre infinitos.

Más  allá  de este encierro  cotidiano  que tanto  nos  asfixia,
que trasiega nuestras  vidas  con  el  calor  o el  frio
y  enjambre  de ciudades  con  ambientes mutilados.

Debiéramos  buscar  un  lugar  de verdes/agua,
de  pájaros  confiados  aleteando  en  nuestras  manos
y  un  crisol  de arcoíris  constante en  nuestro  cielo.

Debiéramos  pensar  que aún  podemos, tomados  de  la  mano,
caminar  por un  sendero  repleto  de  flores  y  riachuelos.
Sentir  en  nuestros  pies  desnudos  la  hojarasca  del  camino
y  en  los  ojos  la sonrisa  de  amantes  peregrinos.

Debiéramos  dejar  atrás  tanta  fatiga
y  en  las  noches  profundas  acercarnos felices  a  la  aurora,
a  las  horas,  que sedientas  del  rocío,
tapáramos  el  sol  con  nuestros  nombres.

Debiéramos  llegar  al  punto idílico
donde  el  mar  con  el cielo  se  entrelace
y allí  con  las  nubes  trasportarnos
a  un  mundo  sideral  que  nos  abrace.


Y  te  fuiste 

Te perdiste con la  magia  de  tus  pies  ligeros
dejando  huellas  difusas  en  la  arena...
y te fuiste persiguiendo  sombras 
en un  sendero  incomprensible  que creíste  cierto.

Te fuiste buscando  aromas  sin preparar  futuro, 
solo  con  tu pensamiento  sin  escuchar  palabras.
Ahora  los  arroyos  están secos 
y las semillas  sembradas  se  mueren en  abrojos.

Tu concepto  del  amor  se confundió  en  libertinajes 
nacidos  de  tu cuerpo  soñador  y  no  de  tu alma,
persiguiendo  un  círculo  encantado, 
donde  solo  el  silencio  recubre  todo  tu sentir  apresurado.

Ahora  tus  globos  se pierden en  el  aire 
y tu piel  tendrá  que  acallar  la  llama  de tus  mariposas.
Injustificable  instante de  un  reciente sin conciencia
y sin  rastro  para  un  inalcanzable retablo  fantasioso.


Tu  voz  se fue en  un  adiós  de manos
  
Se escapó  por  senderos  buscando  otros  sonidos.
Quizá  no  percibas  mi  búsqueda  pensante
ni  mi  forma  de  seguirte  a  cada  instante.

A veces  la  presiento  allí,  en  matorrales,
en  esos  ramales  solitarios  donde pululan los  sonidos  mustios.
Oigo  sus  aleteos  de altibajos,
como buscando  compañía
entre las  ramas  secas  del  olvido.

Quiero  que vuelvas para  cantar  a  dúo  tus  sueños  con los  míos.
No  dejes  que el  aire te envuelva  en remolinos,
que no  te  aturda  en  el  estruendo  la  ráfaga  punzante
queriéndote acallar en un  silencio.

No  te  percibiría,  mi  voz  solitaria  moriría
y  un  pentagrama  oscuro,  solo daría  mudez  a nuestros  nombres.


Para  que  tú  me entendieses 

Para  que  tú  me entendieses  escribí  muchas  palabras,
y sin embargo  el  silenció  ayudó.
Para  que  tú  me entendieses,  abrí  al  mundo  un  paraje de  montañas  y  de  ríos,
y también una  fuga,  una  vuelta  hasta  el  recodo  del rocío.

Me llené  de brisas  y  luceros; y andaregueando  el  monte;
desafié soledades  y  calmé  mi  sed  con agua  de tinajeros.

Tú en  cambio  infeliz  vivías  los  días  y  un  grito  de  silencios  te rodeaba,
eras  quizá  la  niña  más  deseada  en  las  lágrimas
fugases  de  la  almohada.

Para  que  tú  me entendieses  plasmé  equilibrios  de alegrías  y  tristezas,
te hablé de todo,  de todo  el  amor  que conocía.
De las cosas  que forman nuestras  vidas,
de las  cosas  que en  tu infancia  hiciste,
 y del  pájaro  que en  la  mano,  en confianza  come  alpiste.

Te amé emotivo  con  filosofías  de impaciencia,
y te  amó  hoy con la madurez  del  niño  que aprende nuevas  letras.

Tú  me enseñaste el  camino,  tú  me  mostraste  lo  adverso,
y así en tus  juegos  de  niña  yo  fui  aprendiendo  los  versos,
 para  mostrarte en  mis  manos  un  lazo  de amor  paterno
que enjugue en  tus  pensamientos, la  brisa  de los  recuerdos.

Y  un  fuerte  viento  cargado  de aromas  para  el  presente
para  que cante en  tu  mente  la  alegría  y  la  paciencia
la  luz  y  la  templanza,  la  búsqueda  de  ti,
el  amor  por  la  esperanza. Tu seguridad,  tu propio  yo,
tu crecimiento  interior  en  aras  de  algo  bello,  la  confianza.

Esto  es  vivir  con  más  vivencia,  esto  es  vivir  sin desconfianza,
es  crear  para  sí  un  fuerte lazo  que te  transporte  a  la  búsqueda  de Dios,
es la  comunión contigo  misma,  es  la  fuerza  que emancipa,
y hoy,  ya  mujer nos  une para  vivir  mejor.

Ya  pasaron  las  noches  y  los  días ya  el  viento  cargado  descansó
y hoy tus  alas  revisten nuevas  fuerzas para  marcar  el  rumbo  de  los  dos.

Sé tú  misma  en  el  aire tarareando  una  canción,
vuela  altiva,  vuela  airosa,  no  desmayes  en  el paso  bajo  el  sol.

Y  desde allí  calla,  calla  para  que nadie te  envidie,
porque tu vida  es  tan  tuya  como  tu alma  y  tu fe.
Y  cuando  escuches  al  viento  gemir  junto  a  tu  pecho,
dile a tu alma ¡¡despierta!! Vamos  a  tomar  conciencia,
dile  a  tu cuerpo  basta  de  soñar, empina  tus  miembros
y  deja  que  tu sangre recorra  alegremente lo  que quizá  con  tu  mente
quisieras  detener.

Llegó  la  hora  del  pensar,  es  la  encrucijada  del  momento,
se te  avecina  un  mundo  que  tiene  mil  encantos,
¡Todo  es  falso!
Se te avecina  un  mundo  que  adormece en el vaivén de  las  cosas  que florecen,
son todas  nuevas  y  has  de aprender; pero  son tuyas.
Te pertenecen.
Llegó  la  hora  del  pensar  y  sin embargo  me  alegro  que no  pienses.
Has  de vivir  para  aprender,  y desde el  vuelo  azul  que hoy te pertenece,
valorarás  la  isla  donde la  hierba  crece,
y  es  allí  donde estaré,  donde  quizá te alegrará  encontrarme;
Y  con los  lazos  de amor  que tu formaste,
se encantará  mi  alma  de  mirarte.


En  nuestras  pupilas

Es  allí  en  tus  pupilas  y  las  mías  donde se  asoman nuestras  almas,
donde como  un  éter  salen  a  la  luz,  para   encontrarse en  un  instante
inadvertidas buscando  la  presencia  y  un  roce  de las  manos
que  mitigue el  dolor  de tanta  ausencia.

Es  allí  en  su dormir  nocturno  donde vuelan las  formas,
donde  se cruzan las  imágenes  del  sueño
y  donde el  recuerdo  teje el deseo de nuestros  días.

Donde  se hace carne  el antojo  y  el  capricho
que en  un  rastro  ingrávido  se desvanece con la  luz  de las  mañanas.


Es allí donde te sueño 

Una  luz  aparece  mucho  antes  del  umbral  de la  aurora
e ilumina  mis  senderos  sobre el  despojo  de una noche en  fuga
Anhelando  tú regreso.
 Desde  mis  pupilas  nubladas  percibo  tu figura,
que adoro  desde  mi interno, y donde  prisionera  eres  de  mis  sueños.

Viajero  soy como  un  errante en  el  albur  de  mis  rumbos, 
y cuando  cercano  al  confín de tus  flancos,
mis  manos  presienten tus anhelos,
donde un  requiebro  me  llena  de  dulzuras.

Es  allí  donde  mi  alma  se encanta  y  se  dormita
junto  al  lago  de  tus proverbios,
y  donde  abrigo  mi  pecho  deshabitado  y  ansioso  de ternuras.

Es  allí  donde el  poema  esboza  tu figura
y se deja  llevar  de  tus  palabras arrimadas  como  un  sigilo
muy  cerca  de  mi  alma.





 Instantes  del  crepúsculo 

Es  la  hora  del  encuentro,  del  te extraño,
para  poder  brotar  como  una fuente
y  enhebrar  los  instantes  finales  de  la  tarde casi  oscura.

Es  la  hora  de  presentir  el  ocaso  del  día,
de  otear  el crepúsculo  para  que el suspiro
pueda  zurcir  el  deseo  del  descanso  en  los  resuellos.

Es  la  hora  del  retiro  a  hurtadillas,  la  fuga  hacia los  recodos,
donde el discreto  disimulo  augura  la  continuidad  del  pensamiento.

Son los  momentos  de  las confirmaciones,  de internarse en  los  espejos
bordeando  las  primeras  sombras  hasta  los  destellos  postreros  de la  aurora.

Es  el  pernoctar  para  encontrar  los  sueños  que aturden el encuentro,
que se ahonda  en  las  placideces,  con  solo  mirar  los  brillos  de la  tarde
para que empiecen  los  murmullos  que  ampliaran  el  caudal  de los  suspiros;
de la  noche  que  seduce,  que conjunta  y  fusiona  los  idilios.
Es  el  instante que  plasma  la  añoranza  del  encuentro,  de los  musitares  y los  balbuceos,
del  desbrochar  de los  botones  en  la  noche  larga  y  silenciosa  caminando  hacia  la  aurora.

Son instantes  del  adiós  a  la  tristeza,  es  llenarse  de sueños,  de rescribir sonidos
goteando  entre los  labios,  certezas  de un ensueño de amalgamar  los  sentimientos
con  susurros  que se  aquietan al  oído, imaginando  las  siluetas  de dos  bajo  la  luna,

De  estar  ahí  sin  más  penumbras,  sin  más  dolores  en  el  alma, Estremeciendo  piel  entre  murmullos  para  luego  quedarnos  en  la  calma.
Ser  eso  y  no  otra  cosa.
Un aletear,  un  vuelo  de las  mariposas.



La  ilusión  del  olvido 

Que no  me hiera  más el  olor  de tierra  mojada  de los  bosques
tras  la  hermosura  de  recuerdos  idos ni  me acorrale el  miedo  de espesuras  en  la  mioma.

En el ocaso  del  cansancio  dormiré  mis  desatinos
y en  los  recodos  de cuevas  vegetales no  me importaran  más... los  amaneceres.

Ni  el esplendor  que persigue sin  tregua  ni  reposo a  los  casi  vocablos  apenas  nacidos  de  mi  mente.
Ni  el augurio  que como  un  presagio me pueda  brindar  la  estancia  casi  oscura.

 Proseguiré a nuevos  horizontes donde  todos  los  paisajes  son estampas
donde el  rastro  rechace los  recuerdos  sobre las  aguas  mansas  deseosas  del  olvido.

Donde  los  arroyos  con espuma  entre las  piedras despierten  la  sonrisa
para  espantar  la  furia en el sentir  indiferente de nuestra  alma
y el libertinaje  de los  desatinos  íntimos.

Siempre será  profundo  el  temor del  sentir  que asusta  el  pensamiento,
como silencio  afónico  que  puede brotar  sin importarme,
como  algo  muerto  que no hiere en esta  ilusión  de olvidar  que  tanto  vivo.


 Latidos 

Y  hurgo  este  ahora  desde  mi  corazón al  igual  que en  aquel  tiempo
tus manos  pasionales  recorrían  mi  cuerpo  llenándome  de   lunas
que alumbraban  trinos  detrás  de los  cristales.

 De aquellos  amaneceres  con  riachuelos  corriendo  a  las  lagunas
donde sus  aguas  mansas  dejaban amarar  las  hojas  del  otoño.

El  recuerdo  de aquella  habitación llena  de  melodías,  de su  penumbra,
donde nuestros  cuerpos  flotaron  y brotaron los  suspiros
Allí  donde estabas  conmigo,  en  solo  labios...  besos  y  piel! 
Los  dos en un solo  latido,
Donde Por  tu suave  piel  mis  labios  se aventuraron,  sin presentir  la  magia  de un  hechizo
con ese amor  apasionado  y  loco  con este amor  incierto,  con este amor  tan real.

Quizá  buscamos  siempre ese nido  secreto  entre  paredes  altas  para  poder gritar.
Con esta  carne  viva  que atrapa  nuestros  cuerpos sin fundas  ni  ropajes,  sin trabas  ni secretos. Bailando  nuestra  danza  los  dos  junto  a ese  mar.
Allí  donde  las  palabras se agolparon en  el  cristal,
Donde  se juntaron  para  reescribir  un  poema y la  poesía  eras  tú.

Y  ahora  te nombro... y solo  este canto  te  mantiene , ahí  estás  con las  palabras
que nacen  de tu  alma; aquellas  que iluminan la  flora  de  tus  versos las  noches  y  los  días
de todo  tu universo.
Aquellas  que  tu verbo  va  dejando como  lenguaje celestial  que abarca  todo
como  luz  de fuego  en  llamaradas al  solo  pensamiento  de una  idea.
Palabras  confesas  que se quedan trasmutando  a  lo  eterno  y  lo  divino,
las  que se vuelven flores  a  orillas  de un camino o  nos  cambian la  angustia  de unas  penas.
Ahora  el  tiempo  regresa  hacia  tu  alma trayendo  flores, sonrisas  y  palabras,
se te  dibujan en  tu cuerpo  las  guirnaldas vertiendo  tu  sonrisa  como  el  agua.

Y  te vuelves  río  recorriendo  el  tiempo, trasmutando  letras  como  luz  de  aurora
y ruedan  tus  gotas  al  sentir  de  ahora goteando  desde  tu alma  todo  el  sentimiento.

Y  siento  que vuelas  como  mariposa entre las  piedras  que  el agua  va  golpeando
y siento  que subes  como  la  marea  llenando  mi  alma  con  tan  bellas  cosas.

Porque para  nosotros  no es  lejano  el  amanecer, ni  la  lluvia,  ni  la  tormenta,  ni  el  sueño, ni  el viento  que  al  pasar  nos  roza,  ni  la  muerte del  sol  en  el  ocaso.

Aquí  estoy  mirando  tu esplendor,  llenándome  de luz  y  oyendo  el  canto... ese susurro,
esa  tenue canción del  viento. Todo  se  restaura.  Ya  los  tiempos  de antaño  fenecieron,  todo  quedó  en  el ocre  mustio  del  olvido
y  hoy vuelves  como  una  aparición  después  de haberte  ido,
después  de  aquel  poema  que  acalló  mi  alma
y amando  desde lejos tus  ojos  que  perdidos  divagaron  mis  sentidos,
tu confín  más  allá  de  mis pupilas  donde el  horizonte  irradió  una  esperanza.

Donde  acalló  mi  alma  la  muerta  primavera,  donde tus  pétalos  posaron en mis  labios  bruscos las  ansias  de un  amor  de enredaderas.
Donde  acalló  el  paisaje  de  playas  con espuma, donde  tu cuerpo  bañado  con la  bruma era  silueta  celestial  para  mis  ojos.
Mi  miedo  de sentirte  en fuga,  de  perderte  en abismos  cada  instante,
de  las cosas  que fueron  mi  dulzura  y  tus  besos  que ahora  son  distantes.
Donde  acalló  en  mi  alma  tus  pasos  soñolientos  buscándote en  las noches del  quebranto,
tu ansiedad,  tu temor,  tu desencanto, tus  gestos  de  ternura  y  el  brillo  de tus  ojos  que amo  tanto.
Donde  acalló  el  poema  que tú y el  tiempo formaron en  mis  sueños,  poema  de  tus  ojos  ahora  en  la  distancia, envueltos  con aromas  de aquella  primavera.
Donde  acalló  el  latido  sinuoso  y  taciturno que busca  en  recodos  de  sábanas  tu cuerpo,
el  que busca  tu  aliento,  tu perfume  y el hola  amor de tus  palabras  en  mi  lecho.

Aplacaré la  sed  que  en  mi  pecho  ya  alucina deseándote volver  como  otras  veces
y no como  la  ausencia  de  tu alma  golondrina.


Como  un canto  de  campanas 

 Aquí  estoy con  toda  la  sensibilidad  que no  me ciega,

Queriendo  ser  voz  de  los que  callan,  con la  misión  de denunciar  las injusticias
y  a  mi  manera  mover  un  sentimiento  para  que la  luz  invada las  tinieblas.
Ser  un  canto,  un  canto  sublime,  que llegue claro  como  eco  de  campanas, que despierte  la  emoción del  sentimiento  contra  tanta  violencia inacabada.
Que vaya  mi  voz  y  la  palabra  como  un  viento  huracanado  recorriendo  los caminos  del  mundo,  sembrando  conciencia  y  solidaridad  de  gentes en este  mirar  imágenes  de indigencia  que golpean y  socavan la conciencia,  que  se sufre en  lastimar  de enojo,  me  asusta  y  me congojo  en el  trémulo  preámbulo  en  el  que escribo.
Y marco  brecha  por  la  calle abierta  donde  mis  ojos  estáticos  contemplan penurias  que vivimos  trenzadas  del  dolor  humano.
Porque se escapa  de  mis  manos,  porque  solo  queda  el  clamor  de la esperanza  en  un  mundo  que  avanza  y  que jacta  sin presentir  el  desatino de no  cubrir  la  falta.
Y  se vuelve abismo,  oscuro  transitar  con noches  de hambre que  la  ciudad cansina  no  percibe indolente  quizá  sin que se anime  a  descubrir  el  dolor que en  ese enjambre  ven  mis  pasos  del  camino.
Son carencias  sin abrigo  que  se arriman  bordeando  basureros,  son fracasos  tapados  de  sombreros  sin  apoyo  ni  esfuerzo  por  la  condición humana.
Son las  voces  sin  mañana  tapiadas  de noches  balbuceantes,  urgidos  del licor  para  el  olvido  con los  ojos  cerrados  o  distantes.
Fueron niños  del  olvido  que hoy repiten en otros el  silbido  marcados  del color  bermejo  sangrando  en  el  sangrar...  cuando  me  quejo.
Busco  encontrar  un  verso  que  acabe  su  miseria.
Bajo  pancartas  y  la  impiedad  del  hombre,  llora  mi  tierra  en  la  hecatombe del  hambre de  los  hombres  y  los  niños.
El  mismo  presente fétido  pulula  en  basureros  sin importar  el  sol  o el aguacero.
La  misma  catarata  de desechos  donde comen  y viven los  execrados,  los abandonados  por  el  mismo  látigo  sistémico  que afecta  la  salud  de  los pueblos  ignorados  por  gobiernos.
Como moscas  humanas  rodean  los  camiones  para  sortear  el  hambre, hombres,  mujeres  y  niños.  Todos  en  silencio  quemados  por  el  sol  malo  y  la tierra  que erosiona,  con los  ojos  mirando  hacia  otras  vidas  que no vendrán jamás.
Campesinos  trasplantados  a  la  ciudad,  transformados  en clientes  políticos,  marginados  de  toda  posibilidad  de  sueño,  esperando una  promesa  falaz,  integrantes  mudos  de  las  estadísticas,  las manipuladas  y  las  otras,  que ubican a Venezuela  en la  cima  de la  pobreza y el engaño.
Así  mueren desnutridos  y  así  pasa  el  tiempo  y  sigue en peligro  la  persona humana  que en  la  cultura  del  descarte  se  perjudican  los  necesitados enmarcados  en  una  política  económica  sin ética.
Siento  el  hambre  de  ayer  y  de  mañana  el  hambre  del  amor  y  la  caricia que se perdió  en  las  calles  donde arropó  la  brisa.
 El  hambre  de la  risa  en los hogares  de los  niños  de la  calle,  el  hambre  de jornales  donde  se deja  la  sangre y  el  hambre  de  los  yugos  y  las explotaciones.
Odio  el  hambre conocida  la  que hace sentir  tantas penurias,  la  que vibra  en  las  entrañas  y  acompaña  en  las  sombras.

En  Venezuela  la  cada  vez  más  creciente clase  miserable,  ha  hecho  ir fracasando  la  práctica  democrática.  Porque no puede haber  igualdad donde  la  gran  mayoría  de la  población se  corroe y  deja  de tener  acceso  a la  superación  económica  y  escalada  de posiciones  que la  otra  clase dominante o  pudiente posesiona.
Es  como  si  nos  convirtiéramos  en  castas de  menor  a  mayor  pero  con  difícil  traslado  de una  a  otra.
La  democracia  supone cierto  parámetro  de nivel  de vida,  o  de independencia  económica  en  la  mayoría  de la  población,  independencia que debe estar  reflejada  en  salarios,  estabilidad  laboral  o comercial. Parámetros  de coordinación en  la  distribución de  la  riqueza,  entendida esta  como  la  salud  y  demás  servicios  públicos.  Parámetros  en  la planificación de  políticas  nacionales,  para  poder  contar  con infraestructuras  de desarrollo  como  por  ejemplo  los  ferrocarriles,  los caminos  de penetración agrícola,  sistemas  de regadío  y  grandes,  muy grandes  aplicaciones  industriales  que echen por tierra  las  ya  intolerables y aberrantes  importaciones.

La  menor  independencia  del  hombre estaría  en  que pueda  alimentar  a  su familia,  que  pueda  tener  trabajo  y  seguridad  social; Porque el  hombre que no  tiene  que comer,  que no  tiene con qué abrigarse se siente en  el aire y  a  merced  de  azares  y  avatares.  Se convierte en  instrumento  del caldo  que cultiva  el  delito,  amen,  de ser  utilizado  en  políticas trasnochadas.
Porque para  hablar  de igualdad  al  hombre que está  pasando  hambre  y hablarle  de derechos  humanos  al  hombre  que no  tiene abrigo,  es  algo  así como  una  locura.
Al  hombre hay  que  sacarlo,  ponerlo  en  la  vía  para  que deje de  ser  instrumento,  convertirlo  en  persona,  no  en  objeto  o cosa  que todo  el  mundo  deseche o utilice a su antojo.

Esta  ha  sido  y  es  la  práctica  política  que han tenido  nuestros  gobernantes y también nuestros  revolucionarios  en los  últimos  cien  años. Estamos  en un  campo  de  sitio,  en un  cerco  que  acorrala  la  democracia  y destruye el  Estado.  La  pobreza  aumenta  en forma  galopante y  la  rabia  y el  odio  se tornan  alarmantes.  Es  hora  de  pensar  que haremos.



En  el pozo  de  tus  ojos


 Hoy  me  sumerjo  en  el  agua  mansa  de  tus  ojos que inunda  mis  costados;
que  me  lleva  fluyendo  imperceptible en esa  conjunción de  cuerpo  y  alma.

Eres  pozo  y  jagüey  donde  me duermo  con azules  cristales  reflejados en las ansias  benditas  de  querernos y las  manos  acuosas  mojando  las  entrañas.
Somos  esponja,  es  cierto; nos  absorbemos. Somos  esencia  que fluye en  infinitos y en  esa  conjunción  somos  origen de un  amor  ancestral  jamás  contado.
Agua  mansa  de  tus  ojos  claros donde fluyen silentes  nuestros  nombres moléculas  unidas,  cuerpo  y  alma.
Somos  entonces  mansedumbre que se absorbe en  el  vivir  muriendo.
Quietud  de aguas  tranquilas Frente a frente los  dos,  nuestras  pupilas.



Para  sentir  que  no  te  has   ido

Deja  un  poco  de tus  huellas,   de tus  sueños  e  ilusiones   y no esta  soledad  que  quema   con rescoldos  de  brazas  apagándose. Deja  el  aroma  de  tu  piel  en  los  jardines  para  soñar  en la  ventana,   Para  sentirte cerca  confundida  entre  las  flores.   Para  sentir  que no  te  has  ido.



El amor  sublime 
Después  de tantas  lunas  los  dos  y  el  mismo  lecho el  amor  sublime  se  impregnó  en  las  sabanas para  jamás  ser  deshecho.


Aquí estoy

 una  vez  más,  en esta  holgada  soledad,  que  me  permite  imaginar  tantas puertas  y  ventanas  para  otear  el  horizonte,  para  plasmar  lo  humano  y  lo divino  que como  un  rosario  me  da  cuentas  para  la  reflexión que agranda mis  percepciones  del  mundo  natural  en  que vivimos.

Reflexionar  y  percibir  aquello  que sufrimos  y  ausencias  de algo  que  perdimos  en  un  paraíso  que un  día  fue  tan nuestro;
pérdidas  y  ausencias generadas  por  nuestra  propia  torpeza  ciudades  hostiles  que agrandan  la soledad,  que conlleva  a  la  deshumanización,  al  marginamiento  y  al  instinto  represivo.

 Es  un  caminar  riesgoso,  una  incógnita.  Es  como  si  naufragáramos  perdiendo  nuestro  mundo  interior,  el  vacío  y  hasta  el  amor.
Por  eso  hoy  igual  que siempre,  como  poeta  os  digo: Hoy canto  a  la  vida diciendo  no  al  desamor,  a  la  violencia  que  incomoda,  cantamos  a la  vida como  ángeles  errabundos,  como  parias  fomentando  mundos  con árboles vivientes. Porque para  nosotros  no es  lejano  el  amanecer,   ni  la  lluvia,  ni  la  tormenta,  ni  el  sueño,   ni  el viento  que  al  pasar  nos  roza, ni  la  muerte  del  sol  en el ocaso.

El  amor es así   Yo  la  amo,  la  adoro,  la  idolatro;  son expresiones  que denotan que el amor  existe,  que  deja  percepciones  de  grandeza,  de sensibilidad  poética. De sentimientos  positivos  que unen con la  sensación  de apego,  de gozo  y pertenencia. El  amor  es  así,  como  una  música  que llega,  que  te impacta  y  te  estremece. El  amor  es  lo  más  bello,  lo  más  grande y  más  sublime.


SI...  escribo  poesía 

Que escribes,  me  preguntó  un  amigo,  cuál  es  tu estilo? Mi  estilo  es  el  misterio  de  ahondar  en  lo  sublime,  en  la  gracia  de ser  más perceptivo,  de expresar  con las  palabras  el  entorno  multiforme  que llega a  nuestros  ojos.
 Sentir  desde nuestra  alma  quienes  somos  y  como  transcurrimos  con el tiempo  acompañando  el  tiempo,
El  sentir  desde  lo  humano  la  capacidad  aprehensiva  del  mundo  natural que nos  circunda.
Dejarme  llevar  hacia  y  por  el  amor; el  amor  familiar,  el  amor  a  la  vida,  el amor  al  ser  humano  inmerso  en  nuestro  universo.

 Dejarme  llevar  de la melancolía,  para  transitar  el  camino  sublime  del  amor  verdadero,  del dolor  o  la  muerte.   Es  mi  transfiguración para  hermanar  mi  mundo  interior  con el  mundo exterior  donde  mi  espejo  percibe  la  belleza,  el  color  y  la  luz  que emana  de mi  propia  alma;   aun  con el  egoísmo  de  mis  percepciones.


Como  un  canto 

Las  danzas  del  misterio  se  asoman con  mis  sueños  y  un  mundo  en  poesía trasiega  mi  existencia  haciéndome  poeta.
Tejí  los  hilos  de un  vuelo  con  ansias  de  palabras  y  metáforas  que fueron tomando  forma  para  calmar  la  sed  de silencios  escondidos  en  mi  alma.
No  quise  dejar  la  palabra  muda  ni  silente; la  quiero  viva,  musitando  y bullendo  como  un  torrente  que  deja  su surco  misterioso  al  compás  de los versos  intuitivos,  parafraseando  la  belleza,  el  dolor  y  el  miedo,  el  canto sonoro  del  viento  deletreando  maravillas  sobre las  ramas  de un bosque,  o esos  atardeceres  donde el  crepúsculo  enciende el  amor  y  él  no  me  olvides.
Quise excavar  piedras  preciosas  desde el  pozo  profundo.  Extraer  las palabras  que  me emocionan,  las  que puedan llegar  al  alma  de  quien las lee  o  quien las  oye.
De amar  tanto  las  palabras,  en este  océano  de  letras que guarece  el  silencio  de un  crepúsculo. De cómo  hilar  palabras  cuando  la  bruma  de la  tarde nos  llena  de belleza nuestros  sueños.
 Palabras  que acarician,  que envuelven y  que abrigan.

De ser  total  para  entender  los  retoños  nacidos  tardíamente desde  el  árbol mustio Y  saber  retomar  el camino  hacia  la  altura  buscando  las  palabras  en  la  cumbre  para  limpiar  estrellas.

Alzo  mi  ser  como  espíritu  que vuela  para  adentrar  mi  alma  en  los recodos,  para  avivar  mis  sentidos  en  los  bostezos,  para  hurgar  las sombras  y  la  niebla.
Entronizo  mi  canto  en  manantiales  para  extraer  los  fluidos  llenos  de  oro, de luz  y  de silencios  que habitan en  las  almas  cubiertas  de neblinas.
Almas  sensibles  que  como  un  río  fecundan las orillas  y  nos  dejan El frescor  y  sus  murmullos,

Vuelo  los  senderos  que dejan  las  palabras  para  embriagarme  en El asombro  de caminos  lejanos,  de esteros  y  desiertos  bañados  por  las  alas de bellas  mariposas.
Allí  donde se deja  oír  La  Honda  y  susurrante voz  de amantes-hombres  y mujeres  que en el espejo  reflejan sus  destinos,  sus  denuedos  y  sus  ansias.
Donde El  viento  también canta  sobre  montañas  y  lagos  paisajes  de  mi mundo  con sueños  y  olvidos. Los  días  lluviosos  con tejer  de lanas  mientras  los  cristales  dejan rodar  sus lágrimas  en gotas.
Donde  la  lluvia  y  su sonido,  acuna  como  siempre  desde  los  tiempos  más remotos,  la  misma  estancia  donde dejó  de flamear  la  chimenea  y solo queda  el  rescoldo  humeante  de brazas  apagándose.
Donde  la  palabra  camina  sobre el  misterio  desnudo  de  pieles  que se aman y  se vuelve luz,  tristeza  y  añoranza  derramando  como  lluvia  el alegrar  de cada  amanecer;  donde  se respira  el  aire del  tiempo  como  un crisol  que integra  las  canciones  de las  nuevas  mañanas  en  esta  eternidad en la  que vivo  destilando  mi  canto  de poesía
que humaniza  y  nos  hace milagro.



 Instantes  y  silencios 

Hoy  salí  después  de la  tormenta, toda  la  humedad  refrescó  mi  alma  y  nuevas  percepciones volaban en  mis  ojos.
Llegaron  los  recuerdos  y  aquí  te imaginaba  sonriente y  pensativa, mirándonos  tan cerca  y  obviando  las  palabras...  dejando  que  la  tarde trajera  los  crepúsculos  para  tener  contigo  los besos  más  profundos.



Supimos cruzar el  puente 

Hoy estoy  recordando  aquel  beso  en  el  que te dejé  tantas  palabras.
Aquel  con que  te  amé y  tú  me  amaste llenándonos  de  amor  toda  la  vida.
Ese que  me  apartó  del  camino  solitario  para  beber  en  ti  lo  más  sublime,
dejando  de esperar  porque  llegaste  para  sembrar  en  mi  tanta  hermosura.

 Hoy,  consiente  de  mí  mismo  sé que soy feliz  con tu existencia,
 con tus denuedos  de las  cosas  más  pequeñas  donde felices  amamos  lo  que hacemos.
Porque quisimos  la  meta  de  la  estancia  sin cometer  el  pecado  de no amarnos.
Porque amistamos  la  vida sin secretos  uniendo  hasta  el  dolor  para querernos.

Porque desafiamos  la  ausencia  y  las  imperfecciones  amando   y perdonando  a  toda  hora.
Porque aprendimos  amar  todo  lo  adverso en un  consuelo  de tus  ojos  en  mis  ojos.


Ahora si

Se fue...  se ha  ido  la  tristeza  y  un canto  nuevo  renace  aquí  en  mi  alma.
Están  brotando  solas  las notas  de  mi  piano, se escapan cual  palomas  dejando  entre  tus  manos  las  ansias  del  ocaso.
Ahora  si  te llenaré de sueños,  te escribiré  en  sonidos  goteando  entre  tus labios.
Ahora  la  amalgama  de  mis  sentimientos  se aquietará  en  tu  oído y escucharé tus  pasos  viniendo  con  los  míos...  los  dos  al  mismo  sueño.
*Seremos  eso  y  no  otra  cosa,  un  aletear,  un vuelo  de  las  mariposas.*
Un sentirnos  los  dos  sin ningún  miedo  de  perpetuar  amor  como  las  rosas. De estar  ahí  sin  más  penumbras  sin  más  dolores  en  el  alma,
estremeciendo  piel  entre  murmullos  para  luego  quedarnos  en  la  calma.
Descoseremos  nudos,
nuestras  gargantas  serán libres,
gritaremos  nuestro  amor  con  labios  que ya  no  son  de  sal.
Nuestras  almas  bailarán  su danza  mientras  tus  ojos  y  mis  ojos
se unirán en  el  cristal.



Si te dijera 

Como  van pasando  los  días y  más  me  aferro  a ese nuestro  sueño, ahora  lejano  con  tanta  incertidumbre.
En  mis  pupilas  llegan sombras que agranda  el  pensamiento.

Me niego  a ver el  paso  de las  lunas  que agrandan  las  distancias.
Que aumentan las  sombras mientras  la  tarde canta  con ruidos  de cigarras
entre la  espesa  mioma  de  inmensidades  verdes.

Que en la  tarde casi  oscura  y  aun  te aguardo
Pero  la  noche  avanza  sin contemplar  tu imagen. Y  te espero  para  luego  imaginarte
al  borde de  la  aurora bajo  el color  de  las  calles; 
O junto  aquella  alfombra  junto  a  la  ventana.

Y  habrá  suspiros con los  cuerpos  en  fiebre de  pasiones
silencios  de un  adiós  y  lágrimas  en la  mirada.


Mi recuerdo  infinito 

Si,  allí  te encontraré bajo  la  tarde casi  oscura  de un  crepúsculo,
en esa  vereda  que une nuestras  mentes con las  voces  de nuestros  labios
y el deseo  no  vivido  de las nuevas  mañanas.

Tal  vez  nos  encontremos y también esos  silencios que llevaron  al  olvido,
por  haber  sido  incoherentes. Recordaremos  entonces los  sueños  que en  pasiones  se fueron  marchitando las  ansias  de las  manos  buscando  nuestros  cuerpos y el triste palpitar  con los adioses.
Ya  solo  quedarán nostalgias tan  solo  un  perfume  aromando  la  ausencia
y el recuerdo  infinito  de  mi  amor  por  ti.     


 Como  un  disfraz 

Siempre habrá  un  día donde  se derrumbarán todos  los  silencios
y habrá  un  choque con esos  sufrientes  ensueños que se alejan  de las  mañanas  cálidas
dejando  nuestros  cuerpos  tiritando.
Cuando  no  haya  el  sabor  manso-blando  de otros  días que la  vida  nos  fue dando.

Entonces  aparecerán  los disimulos llamándonos  con  gestos  a un  encuentro tan  lleno  de  dolor  como  la  ausencia.


Así   te  amo   Patria  mía 

Esta  neblina  que  me  cubre  como  una  máscara. Esta  neblina  viscosa  que no  me deja  ver  tu cielo
Este tú  gris  continuo,  este  alejamiento. Y  es  que  te extraño  tierra  mía
Ahora  con sombras  y  vientos  que arropan  la  pobreza.
El  hambre,  la  muerte,  las  cenizas. Vientos  que incendian,  que queman lentamente
y  arrastran  a  la  gente que endiosan con violencia  cayendo  en  la  soberbia.

Vientos  que arropan a  malvados  de  exagerados  aspavientos,
mafiosos, diputados  bergantes,  sinvergüenzas.

Y  te  amo  patria  mía,  ahora  lanzada  hacia  el atajo,
hacia  la  anulación sin balance ni  arqueo  como  un  carpetazo  sobre la  mesa.

Pobres  gentes  que  juntan  las  ganas  de estar  mejor  envueltos  en la bandera  que nos  legó  Miranda,  pobres  gentes  que sueñan con quimeras, viviendo  un  carnaval  con  máscaras  de tristeza.
 Gente de  rancho  entre  los cerros,  de  pueblos  tristes  y  de casas  muertas,  casas  pálidas  del  silencio.
Te amo  así  patria  mía,  desnuda,  soñando  con corajes.
Con puños escondidos  y  rabias  contenidas.
Tan  afligidos  en  este infausto  aciago. Tan triste  en lo  más  hondo  del  abismo.
Tan golpeados  por  el  garfio.
Pero  así  te  quiero  patria  mía,  Te quiero  en la  distancia  y  en la  pena,
en  la paciencia,  en la  energía  que se  alarga  entre el cielo  y  la  tierra  prometida
y  me  llegan  tus  sonidos  inolvidables  en  mi  mente cuando  pienso  en  el reencuentro  de vuestros  ojos  en  mis  ojos.


Hay  amigo,  que  solos nos vamos quedando

Y  es  que ya,  nos  pesan los años; Es  un  antes  y  un  después  en  la  que vamos  perdiendo  el  rumbo  cierto.
Casi  confinados  a  la  sombra  de una  alcoba con las  manos  temblorosas  y  los  recuerdos  llegando.
Ya  no  es  igual   el  tiempo  que nos  queda...nuestros  pasos  de  antaño  quizá no  vuelvan  más.
Se fueron los  instantes  de versos  y  canciones,
 aquellos  que  en el grupo  de amigos  domingueros,  felices  compartíamos  con risas  y  bulleros.

Se fue...todo  se fue y  hoy arrastramos  verdades  cual  tortugas...dejando pasados  donde los  sueños  despertaron sin  hacerse realidad.
Se nos  cayeron los  sueños  en  esas  madrugadas...ya  los  pájaros  se fueron a  cantar  en  otras  ramas. Se fueron las  palabras  las  letras  y  los  versos....Todo  se fue  y solo  queda, esta  vivencia  gris...desazonada.


Hoy  llega tu  voz,  y  llega tu  imagen 

Y  en  este  otoño  me  lleno  de inspiración  y  sensaciones,
en  este final  de otoño  donde tu  imagen  resucita  como  un  vuelo.
Se disipan  las  angustias  y  veo  el  retoñar  de  esperanzas  muertas  con  ese compartir  de tus  sentidos  donde la  brisa  nos  cobija.
Brisa  alucinante  que  nos  llena  de  auroras  hacia  una  primavera
de pájaros en  vuelo  bajo  el  cielo  azul  de la  esperanza.

Me obsesiona  girar  en  nuestro  espacio  y  contemplar  el  frescor  de lo  que fuimos,
confundirme  en  el  follaje  para  mirar  los  escombros  y  las reminiscencias  donde  siempre  te  busco.
Y  hoy  regresas  con  el  canto  para  agrandar  mis  ilusiones,
para  tomarnos  de las  manos  y  recorrer  la  estancia  de prados  donde  felices  hemos  sido.

Y  renazco  en  toda  mi  intimidad  desgranando  mi  poesía
que  alimenta  el canto  suave del  viento  haciéndome aferrar  en las  palabras  de la  esperanza que hacen  olvidar  mis  nostalgias.

 Y  todo  se  llena  de  pensamientos  que  han  sido  denuedos  de un  reto,
de un sentir  en  los  dientes  lo  que fue  un  desgarro,
la  falsedad  que  nos  hizo  sufrir, pensamientos  que  nos  afirman  y  me llevan  al  canto  de  tus  ojos  en  mis  ojos.
Ya  no  hay miedo  al  silencio  ni  al  oscuro  de  las noches,  todo  es  dulzura  y viajan  conmigo  y  contigo  el  mismo  rumbo  donde el  canto  suave  mueve el recuerdo  sobre  las  torres,
allí  donde los  relojes  marcan  tu  tiempo  y  mi tiempo,  donde todo  se ahonda  en  nuestras  almas  con  abismos  de espejos sobre las  aguas.

Hoy llega  tu  voz,  y llega  tu  imagen  y  llegan  tus vocablos  tejiendo  con  los míos  la  magia  de un  espacio  que nos  abre  horizontes.
Todo  se hilvana  en el  recuerdo  y  caminamos  mirando  las  estampas  donde dibujo  tu  nombre y  diviso  tu  nombre  en  lugares  dispersos, en  la  sombra  que contiene  la  noche y en  papeles  que en  sangre… se escribieron  mis  versos.


Ya  no  tengo  que  esperar 

Ahora  estamos  juntos  para  apartar  los  miedos  de la  noche,
este canto  concluirá  el  poema  desde el  amanecer  hasta  el  crepúsculo,
se apartaran  los  colores  opacos  y  por  doquier  la  luz  de  luna  llenará  todos los  rincones.

Ya  no hay que ahogar  el  llanto,  ahora  flotaremos  sobre las aguas  negras  y  volaremos  sobre  los  pastos  verdes,  Sobre los  manantiales y sobre el  secreto  de  nosotros  mismos,
de  como  hicimos  para  seguir  en  el amor. Solo  deseos  de  vivir  atardeceres,  de ver  pasar  la  noche con luciérnagas  y los  ojos  de las  fieras  en el despertar  del  alba.

Ver  el transcurrir  sobre el camino  limpio  con el  amor  sano,  y con los  besos  azules  del  encuentro.
 Hoy  llegas  vestida  de  blanco  como  una  novia  salida  de la  niebla;
todo  te envuelve junto  a ese  canto  que  ahora  te  aplaude  mientras  caminas  a  mis brazos,
 todo  fluye y  te  materializas  con  tus  labios  en  mis  labios.
Ya  no  tengo  que esperar, ya  el  resplandor  y  tu  canto  ilumina  los  senderos,  las  casas  y  las  calles, todo  se  acomoda  al  denuedo  de aquel  tiempo  cuando  tus  manos  llenaban todo  espacio,  cuando  las velas  encendidas  iluminaban  la  mesa  blanca con flores  en  el  centro  y  la  música  de fondo,  esa  canción hasta  casi el amanecer  donde las  velas  tiritan sus  últimos  destellos


En  la  orilla  de  tu  abismo 

Aquí  estoy una vez  más,  en esta  holgada  soledad,
Al  borde  del  abismo,  mi  pensamiento  se llena  de ti.

En el fondo  de tu  alma  también hay un  abismo;
Contemplo  y  percibo  como  vagas  sin sentido, mientras  otras  miradas  dibujan  tu silueta;
Sin saber  que  irán con ella,  al  pozo  de la  muerte.

Yo  sigo  en  la  orilla; Bajo  las  aguas  pasan  los recuerdos  donde nunca  te acompañaré;
Donde nostálgico  permanezco  sabiendo  que te amé. Que  me  permite  imaginar  tantas  puertas  y ventanas  para  otear  el horizonte,  para  plasmar  lo  humano  y  lo  divino  que como  un  rosario  me da  cuentas  para  la  reflexión que agranda  mis  percepciones  del  mundo natural  en  que vivimos.
Reflexionar  y  percibir  aquello  que sufrimos  y  ausencias  de algo  que perdimos  en  un  paraíso  que un  día  fue tan nuestro;
perdidas  y  ausencias generadas  por  nuestra  propia  torpeza  o  la  ceguera  necia  que nos desorienta  y  nos  desubica  en  el  vivir  de ciudades  hostiles  que  agrandan  la soledad,
que conlleva  a  la  deshumanización,  al  marginamiento  y  al instinto  represivo.

Es  un  caminar  riesgoso,  una  incógnita.  Es  como  si  naufragáramos perdiendo  nuestro  mundo  interior,  el  vacío  y  hasta  el  amor.
Por  eso  hoy  igual  que siempre,  como  poeta  os  digo:   Hoy canto  a  la  vida  diciendo  no  al  desamor,  a  la  violencia  que  incomoda,
cantamos  a  la  vida  como  ángeles  errabundos,  como  parias  fomentando mundos  con  árboles  vivientes.
Porque para  nosotros  no es  lejano  el  amanecer,   ni  la  lluvia,  ni  la  tormenta,  ni  el  sueño, ni  el viento  que  al  pasar  nos  roza,   ni  la  muerte del  sol  en el ocaso.



Cuando   el viento  limpia

Con un fondo  azul  el  viento  nos  dibuja nos  llena  de figuras  con las  nubes.
Y  con fondos  grises  manchados  de negrura nos  deja  tempestades  en  vez  de primaveras.
También nos  limpia  las  noches dejándonos  mirar  los  cielos  estrellados
esbozando  un  enjambre  de  alas  tiritando´ Nos  deja  ver  el  apeiron cargado  de  infinitos donde  se nos  pierde  el  tiempo donde nuestro  espíritu vuela  y  se vuelve eternidad.
Inconmensurables  extensiones  y  anchuras donde  innumerables  átomos  pululan y forman  con  sus  choques  infinidad  de figuras luces,  partículas,  fotones.
Nos  deja  ver  la  imaginación,  la  idea nos  hace  palabras,  lenguaje,  poetas.
Porque somos  entonces  la  noche  desprendida Tornándose en  palabras.
 Bellísimas  palabras  envueltas  de deseos.


Silencio  mudo
Ya  no  podré caminar en  mis  senderos si  este silencio  se hace  mudo.
Si  no  brotan  las  palabras que calladas me niegan los  perfumes, tu existencia.
Si  no  se oye el  rumor de tus  pisadas  llegando  hasta  el  recodo del  bosque en  hojarascas.
Ya  no  podré suspirar entre ilusiones si  la  mudez  del  silencio aún  pervive
llenando  de  tristeza toda  mi  alma.
¡Despierta  silencio! y déjame  escuchar  si  ya regresa todo  el encanto de tenerla  cerca.



Yo  te  esperaba 

Hoy no  estuviste en  el  crepúsculo
y en  la  tarde casi  oscura,  aun,  yo  te esperaba.

Me ilusiono  la  tarde  con el  sol
y fui esperando  al  contemplar  los  cerros  alumbrados
antes  que la  noche  llegara  a nuestros  ojos.

Mientras  te  recordaba,  anudaba  mi  tristeza con las  manos  cerradas
y  brotaban  palabras del  porqué  de tu  ausencia,  del  porque no  llegabas.

Se  me  agolpó  el  amor. Una  lágrima  inundó  mi  tristeza
y en  la  tarde casi  oscura,  mi  alma  aun te  espera.


Ninguna  como  Tú 

Tú,  siempre tú.
Y  este  pensamiento  de poder  hallarte,
esta  incertidumbre en el denuedo
y esa  tristeza  en  el  crepúsculo.

Ya  tus  ojos  no  se  miran en  los  míos porque una  nube te  asusta  las  pupilas.
Sé que  me  presientes  y  aun  pareciendo  extraño me adivinas.

Tú,  siempre tú,  y esa  rendija  en  el  muro
donde se cuelan nuestros  pensamientos.
Porque para  nosotros  no es  lejano  el  amanecer,
ni  la  lluvia,  ni  la  tormenta,  ni  el  sueño,
ni  el viento  que  al  pasar  nos  roza,
ni  la  muerte del  sol  en  el  ocaso.

Ninguna  como  tú en esa  grieta  donde  nos  pensamos,
allí  somos  y  estamos  de  manera  insondable
como  la  inmensa  oscuridad  de la  noche.

Siempre tú y yo como  una  luz  para  buscar  mirarnos,
como  una  niebla  para  querer  besarnos más  allá  de tus  ojos
que  me esquivan fingiendo  indiferencia.


 En el tiempo de tu ausencia 

Quizá  sea  como  tu  sombra
Como  ese halo  que  te llega Para  calmar  mis  pesadumbres.
Y me  aferro  a  ser  tú  misma Vistiendo  la  réplica  de tu figura;
En esa  extraña  confusión  que da  el  silencio.

Tu recuerdo  se  manifiesta  como  una  luz  donde  mi  mirada  se  abisma.
Un cavilar  que  me  sumerge,  abriendo  mis  labios;
Para  impetrar  Madre,  no  sentir  tu ausencia.



Y soy poesía eterna 

Cuando  al  morir  un  día  sé que no  habrá  cansancio  ni hastío,
Ni  sol ardiente,  ni  sudor  en  mi  frente.
No  habré  dejado  de  mirar  el  bosque
Ni  de sentir  la  lluvia  en el tejado.

Habré  susurrado  una  canción  que suavemente
Llegará  hasta  mis  hijos  como  un  halo.
El  día  en  que  yo  muera  sentiré  más  amor  por  lo  que he  amado;
Y  no  sentiré  dolor  a  mi  manera,
De las cosas  que fueron y  pasaron.

El  día  en  que  yo  muera  sembraré un  pensamiento  entre las  rocas,
y  será tal  cual  a  mi  manera,  un  modo  de quererte amada  esposa,
Un  modo  de dejar  petrificado  el  amor  que  sembraste en  mis  pupilas,
 En las  ansias  benditas  de  mi  boca Y  las  horas  felices  de  mi  vida.

Un  modo  de decirte lo  mucho  que te  amo  cuando  cierre los  ojos,
prendido de tus  manos. Cuando  vuele feliz  mi  pensamiento
por  las  cosas  bonitas  que me  has  dado,
por  la  sombra  feliz  de tu existencia,  por  los  bellos  momentos,
Y  tu  dulce perdón de  mis  pecados

¡Antes  de partir,  mi  Dios!  Te pido  tiempo,
para  acabar  la  melodía  que en mis  susurros  ha  sido  canto  de amor  hacia  otra  gente.
A los niños  del  mundo  que he amado  inmensamente,
A sus  gritos  traviesos  que alegraron  mi  alma
y  sus  besos  dorados  que  besaron  mi  frente.

A labriegos  del  campo  bajo  el  sol  inclemente,
Mitigando  el  sudor  que trasudan  sus  frentes  en  la  lucha  infinita.
A los viejos  que  gimen desamor  como  un  luto
en la  ausencia  y  la  espera de un  amor  cualquiera  para  morder  su fruto.

Gracias  Señor  por  tu  paciencia,  por  tu gracia  bendita  que  derramas,
Por  tus  ojos  de  luz  para  mi  vida
Y  la  fuerza  infinita  que  me  inspiras.
Por  tu amor  desplegado  en  esta  tierra
A la  gente que anhela  y  que suspira,
Por  los  ricos,  medianos  y  más  chicos
Que se bañan de  amor  en  agua  viva.
El  día  en  que  yo  muera,  moriré por  amor,  así  es  mi  vida


Amanecer  /Amaneceres

Como  un  horizonte que es imposible no ver,
te  moverás  en  la  aurora  y  en el  lejano  atardecer.
Te  moverás  en  mis  sueños  como  una  playa  extendida,
como  una  brisa  marina  queriéndote envolver.
Como  un  aroma  nocturno  escoltando  tu sueño  en  madrugadas
Para  que  juntos  encontremos  un  solo  amanecer.

Y  Al  amanecer. Disfrutarás  del  roció
tratando  de entender  un  lenguaje adormecido
que despertarás  en  los  umbrales  de las  nuevas  auroras.



Amanecer-amaneceres...  

Allí  me  invitarás  a respirar  el  aire  del  tiempo.
Donde el  crisol  integrará  las  canciones  de  las nuevas  mañanas
en  esa eternidad  en  la  que existes.


Y ahora  qué?

Si  la  sangre  siempre  fluye y  va  dejando  huella  en  nuestros  corazones,
y trasiega  al  pensamiento  las  cosas  bonitas  que pasaron,
el  cariño,  los  afectos,  los  momentos  felices  que unieron en  familia,  l
os  chistes  y  las  risas, los  abrazos  cargados  de deseos.

Y  ahora  que,  si  el  amor  es  invencible y  es  sublime.
Porque todo  lo  puede y todo  lo  perdona.
No  puede  ser  el  rencor  quien  marque  pautas
 de resentimientos  persistentes  ahondando  desafectos  o  enconos.

La  verdad  es  relativa  y  la  razón nos  puede  dar
 conformidad  o no  de  las cosas  que forman el  concepto
o  lo  que se  piensa.

La  verdad  en  el  amor  y  en los  afectos
no  debe estar  condicionada  a  que prevalezca  sin perdón.
 El  rencor  es  elemento  que  más  desune a los  seres  humanos.



 Cuando  en  la tarde  te sueño. 

Como  un  canto  de riachuelo en la  tarde casi  oscura se renuevan con ternura madrigales  del  olvido. y se enhebran en  la  tarde con color  de  azul  suspiro los  ojos  con que te  miro y el corazón  que  me  arde. La  voluntad  se  libera  y  en el aire voletéa, en sigilos  busco  el  sueño como  queriendo  ser  dueño de un  amor  de enredaderas. El  bermellón  de  la  tarde  en naranja  floretea, el  capricho  del  susurro  hace  brotar  el  caudal  y como  agua  en  manantial el  pensamiento  flamea. Es  la  hora  del  ensueño que en  la  tarde casi  oscura mi  corazón  se apresura para  dormirme  en  un sueño.



Como  encontrarte 

Para  que  tú  me  sientas  allá  lejana  donde  estás  debo  estirar  mi  voz  hacia un  ocaso. Debo  esperar  que  el  sol  forme horizontes  para  escribir  en la  playa  mis palabras. Y miro  mis  palabras  perdiéndose en  resacas y  miro  el  horizonte  más  lejos  todavía. Para  que  oigas  el  viento  buscando  en  el  ocaso, que lleve  mi  voz  y  deje escuchar  mis  melodías. Y miro  el viento  perderse en  lejanías  y  mi  voz  regresa  muda,  callada  en  el fracaso. Para  que  tú  me  sientas  allá  lejana  donde  estás tal  vez  paralice el universo  y  mi  voz  en  el  eco  del  vacío, llegue hasta  ti  como  un  silbido. Y miro  el universo  expandiendo  más  los  infinitos y  mi  voz  regresando  sin  sentido. Qué debo hacer  mi  Dios  para  que escuche esa  ausencia  de  amor  con  que me hiere,  y  miro  a Dios  achicando  las  distancias   En una  tarde triste en que ella  muere.



Solo  mirándote.

Tendida  en  tu  descanso  va  pasando  el  tiempo
Mientras  mi  alma  te  admira  y  mis  ojos  disfrutan  tu silueta
Y  crece en  mis  adentros  el  amor  de nuestro  tiempo
el  destino  y  la  ruta  que hoy nos  une
y  nos  transporta para  amar  y amar  hasta  la  muerte.

Gozando  en  la  ternura  de todos  tus  denuedos
Mi  alma  se  desnuda  sublime,  complacida
Y  sueño  que tus  manos  unidas  con las  mías
Surcarán  por  los  aires  buscando  el  mismo  cielo.

Todo  es  presencia  ante  mis  ojos
y  entonces  te  develo  a cada  instante.


 Somos 

Somos  proemio  y  epilogo  en  el  canto  de  amor  y nuestras  vidas
Somos  brisa  y  muro  para  el eco  que nuestras  almas  suspiran
Y  es  que  somos  la  unión  perfecta  sin alas  rotas  todavía.
Somos  almas  en  llamas  al  desnudo
 que buscan  perpetuarse en infinitos  azules sin espacio  ni  tiempo
como  puntos  luminosos, en el inmenso  universo  tuyo  y  mío.


Hace  calor

Está  haciendo  calor  allá  en las  cumbres  donde el viento  se  amansa
y  se devuelve  por  laderas  de piedras  sofocantes  y  los  causes  secados  del  verano.

Se acaloran  las  casas  y  los  patios,  las  calles  con asfalto  y  los  portones,
el paisaje visto  desde las  ventanas,  se  acalora  la  noche y  las  mañanas.
Esta  irradiando  un  sol  que es  una  hoguera. se está  quemando  el  bosque y  la  pradera,
se acaloran las  plumas  de las aves  mientras  el  mar  vierte  su sal  por  las  riveras.


 Reflexiones 

Quizá  seamos  como  árboles.
Frondosos  dando  sombra  con pájaros cantando en nuestras mentes
Pero  también envejecemos  como  árboles  muriendo,
Como  árboles  mustios  que nos  brotan retoños.
Retoños  de alegrías  que deben ser  contadas.
Contando  como  abuelos  ese destilar  a  las  generaciones  venideras.
Todo  como  un  recuerdo.  Porque la  juventud  se  acaba,  p
orque  no  se aprende  de cabeza  ajena;  sino  del  dolor  que vivimos,
de nuestros  fracasos,  esos  que no  se sepultan
sino  que nos  hacen  levantar  para  empezar  de nuevo
y  aprendiendo  más  que nunca.


Oh  sabiduría 

Esa  de  tremolar  en  el  amor,  teniendo  conciencia  del  perdón.
Ese tolerar  las  presencias  sin  juzgar
Ese comprender  el  sufrimiento  humano  llenándonos  de compasión.
Ese crecer  espiritual  para  amar  y amar  sin condición.
Porque la  verdad  pulula  en cada  historia y en  cada  pensamiento
existe un  mundo  con su  propia  memoria